El vals de Jane Birkin

Se editan en español los diarios de la actriz y cantante, escritos entre 1957 y 1982

Jane Birkin

Jane Birkin / EFE

Fernando Menéndez

En una época en la que todo parecía icónico (o será más bien que la condición de icónico se adquiere con el paso del tiempo), se edita uno de los discos más célebres de aquel 1971: "Histoire de Melody Nelson", de Serge Gainsbourg y Jane Birkin. Oficialmente, el álbum es de Gainsbourg pero, como en tantos episodios de su vida en común, la actriz londinense ocupa un papel muy destacado.

Logró Birkin, a pesar de todo, tener su propia carrera e identidad artística; no le ocurrió lo que a su madre, una excelente actriz que apuntaba un buen futuro, pero que se sacrificó por la maternidad y el matrimonio. No obstante Ma, como es nombrada por Birkin en sus diarios, tuvo ocasión de demostrar sus dotes para la actuación.

Pero volvamos al disco de "Histoire de Melody Nelson". En la portada aparece Jane Birkin de vaqueros y descalza, desnuda de cintura para arriba y abrazada a un mono de peluche. Ese mono no es cualquier mono y ni mucho menos una suerte de fetiche o juguete sexual. Ese mono es clave en los diarios ahora editados y traducidos por Felipe Cabrerizo. "Diarios 1957-1982" va acompañado por el subtítulo "Munkey Diaries". La primera entrada del diario, 30 de abril de 1957, comienza así: "Querido Munkey: Esta mañana he entrado en pánico". Tenía once años y sus diarios, una larga carta a Munkey, durarán hasta 1982, momento en que decide romper con Gainsbourg.

En el libro se cuentan todo tipo de experiencias con un punto de vista entre lúcido e ingenuo, tal vez ilusionado

Con el fallecimiento de Birkin aún reciente (16 de julio de 2023), estos diarios son una ocasión única para leer por fin un relato de primera mano de su propia vida, algo especialmente importante tratándose de una persona que adquirió la categoría de personaje al vaivén de tantas y diversas opiniones.

Entre las muchísimas cosas que sucedieron en 1968, hay una que es clave para este libro: se conocen en un rodaje Birkin y Gainsbourg. Ella, muy joven, venía de un matrimonio fallido con el compositor John Barry (sí, el de la música de James Bond), que, encaprichado con ella, se casó cuando Birkin fue mayor de edad, pero sin llegar a respetarla.

En los diarios se cuentan todo tipo de experiencias con un punto de vista entre lúcido e ingenuo, tal vez ilusionado. El caso es que por una mezcla de actitud, precocidad y físico aniñado, se vio abocada en muchas ocasiones a ser tratada como una Lolita. Cualquier visión que redunde en ello no tiene en cuenta la opinión y el punto de vista de la cantante y actriz. Estos diarios son especialmente esclarecedores por sus primeros años: la niña y adolescente será educada en un ambiente culto y acomodado, bastante tolerante para la época (hablamos de finales de los cincuenta). Como sus páginas se interrumpen a principios de los ochenta, bien pueden leerse también como un relato de iniciación. El caso es que Birkin pasa por su vida y ese paso por su existencia supone un soplo de aire fresco y de verdad.

En una entrada del año 1960: "Suena ‘El Danubio azul’, es emocionante y romántico. Posiblemente escriba un poema o un libro".

La emoción y el romanticismo suelen padecer el rigor del tiempo, pero los diarios de Munkey son, de alguna manera, el testimonio del intento por conservar algo de esa emoción y de ese romanticismo. Birkin destaca por ser alguien que se empeña en ver siempre el lado bueno de todo. Y vive con una naturalidad pasmosa episodios de aguda repercusión pública. Estos diarios recogen momentos como su participación en la película "Blow-Up", de Antonioni, o la grabación de "Je t’aime… moi non plus". Jane Birkin siempre va hacia delante, se rebela constantemente contra un destino de chica burguesa bien casada. Su carrera, en parte, se basa en desdecir esa imagen. Por eso no elude riesgos y cree que la cultura es el mejor camino para forjar una identidad.

Publicados originalmente en francés en 2018, Cabrerizo prepara una edición cuidada que incluye dibujos de la actriz y unos textos escritos por ella desde la actualidad que aclaran pasajes y completan las lagunas lógicas de un diario: bien por que se ha perdido alguna parte o porque ese pasado escrito en presente (efectos de la perspectiva temporal) necesita a veces una nota aclaratoria. Para facilitar la lectura, dichos textos aparecen en color azul.

Diarios 1957-1982

Jane Birkin

Edición y traducción de Felipe Cabrerizo

Monstruo bicéfalo, 352 pp, 25 euros

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