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De la miseria a la nada

El Gijón Baloncesto, que nació para relanzar este deporte, está a un paso de su disolución dejando un panorama aún peor que cuando se fundó

De la miseria a la nadamarcos león

Gijón, J. J.

A principios de la década de los 80 el baloncesto en Gijón era un deporte prácticamente inexistente. Casi 30 años después la situación vuelve a ser la misma. Entre medio una bonita historia, la del Gijón Baloncesto que por estas fechas está llegando a su fin.

El 26 de noviembre de 1981 un grupo de personas representantes de clubes y colegios en los que se practicaba el baloncesto juntaron sus intereses comunes con el fin de revitalizar este deporte en la ciudad. La reunión tuvo lugar en el colegio Inmaculada y en ella estuvieron presentes: Rogelio Llana, Carlos Meana, Francisco Imargues, Dionisio Viña, Pachi Cuesta, Alejandro Fernández-Nespral, Leopoldo Galán, José Manuel Guerrero, Jesús Oliva, Rafael Presedo, Antonio Mortera, Gerardo López y Emilio de Diego. El proyecto se fue madurando tras lograr el apoyo de clubes y autoridades. El 7 de junio de 1982 el Grupo Covadonga, que entonces militaba en la Segunda División, le cede los derechos federativos. La primera directiva queda compuesta por Alejandro Fernández-Nespral como presidente, Carlos Meana como vicepresidente, Fernando Ruiz como secretario y Jesús Oliva como tesorero.

El club debuta en la temporada 1982-83 con una plantilla formada por los bases: Nacho Galán, Luis Marín y Lolo Solís; los aleros Alejandro Gutiérrez, Jorge Sabadell, Alfonso Oleart, el primer fichaje del club, y José Luis Escandón y los pívots Carmelo García, Antonio Provecho y Pedro Domínguez. Aquella plantilla la completaban dos juniors, Javier Méndez y Pedro Meré y mediada la temporada llegó otro pívot, Pedro Guimerá. El entrenador era Pedro Zorrozúa. Jorge Sabadell tuvo el honor de anotar la primera canasta del Gijón Baloncesto en el partido de presentación con el Elosua León como rival. La temporada fue un éxito ya que logró 23 victorias en 24 partidos y el ascenso a la Primera División B en una fase celebrada en Melilla.

Fue una época de constante crecimiento ya bajo la presidencia de Celestino Grana. Llegó el primer extranjero, Larry Moffet, un pívot estadounidense con pasado en la NBA que rápidamente caló muy hondo en los aficionados por su gran nivel de juego y por su comportamiento como persona. Grana y Moffet pasarán a la historia del club como dos de los nombres más importantes. En esa misma lista figura con letras de oro, Bill McCammon. El entrenador estadounidense pasaba por Gijón camino de Villagarcía de Arosa donde iba a participar en un clinic que organizaba el entonces jugador Anicet Lavodrama. En Gijón leyó en la prensa que el equipo de la ciudad buscaba entrenador y ni corto ni perezoso contactó con los directivos para ofrecer sus servicios. Curiosamente las conversaciones acabaron en un acuerdo y Bill se hizo cargo del equipo. Con una plantilla de circunstancias logra lo que sería el mayor hito en la historia del club, el ascenso a la ACB, era la temporada 1994-95. Aquella plantilla estuvo formada por David Fernández, Sergio Cortés, Johnny «Sonrisas» McDowell, José Luis Casaprima, Paco Gómez, Arturo Cavero, Borja Fernández, Toño Grana, Juan Antonio «Vallecas» Hernández, Roberto Carvajal, Pablo Noguero y Juanjo Meana.

Curiosamente ese ascenso fue el principio del fin para el Gijón Baloncesto. Las normas de la ACB exigían un canon de inscripción de 400 millones de pesetas que tras varias negociaciones puso la Caja de Ahorros de Asturias con el aval del Principado. El club se comprometía a llevar publicidad institucional durante varias temporadas como compensación a los desembolsos anuales que el Principado haría a la Caja para pagar el canon. Esto supuso que durante varias temporadas el Gijón Baloncesto no ingresara ni una sola peseta de las instituciones. La aventura del Gijón Baloncesto en la ACB sólo duró una temporada y el Principado dejó de pagar las anualidades acordadas. Pero la deuda figuraba en el pasivo del club y además fue aumentando por los recargos debido a los impagos. La economía del club ya nunca se recuperó.

Deportivamente la mejor época aún estaba por llegar. Los responsables principales fueron Moncho López en el banquillo y sobre todo un jovencísimo Luis Scola, hoy una de las figuras en la NBA, en la cancha. Ambos lideraron un equipo que logró ascender de nuevo a la ACB (temporada 1998-99) en la que se mantuvo tres temporadas en las que lograron victorias sobre los grandes clubes de la Liga española. El descenso fue la puntilla definitiva. Desde ese momento todo fue cuesta abajo en lo deportivo y en lo económico que lastraba todo lo demás. Tras mantenerse algunas temporadas en la LEB Oro, se perdió la categoría cayendo a la LEB Plata en la que este año no ha podido inscribirse.

Esta pequeña historia estuvo protagonizada por muchos hombres en las distintas facetas. La presidencia la ocuparon sucesivamente Alejandro Fernández-Nespral, Tino Grana, José Ramón González, Fernando Ruiz, Javier Margolles, Félix Baragaño y nuevamente Javier Margolles.

Por el banquillo pasaron desde desconocidos y con escasa trayectoria posterior a consolidados entrenadores e incluso seleccionadores nacionales. Tras Pedro Zorrozúa dirigieron al equipo José Antonio Figueroa, Ed Johnson, Ricardo Hevia, Trifón Poch, Víctor Lago, Paco Garrido, Antonio Garrido, Bill McCammon, Iñaki Iriarte, Luis Casimiro Palomo, Vicente Charro, Pepe Rodríguez, Moncho López, Moncho Fernández, Diego Tobalina, Joaquín Prado, Jorge Elorduy y Jenaro Díaz.

Obviamente la nómina de jugadores en 27 años de historia es larga, muchos pasaron sin pena ni gloria pero otros dejaron huella entre los aficionados: Larry Moffet, «Vallecas» Hernández, Charly López Rodríguez, Bob Harstad, Brad Sellers, quien llegó tras compartir banquillo nada menos que con Michael Jordan en los Chicago Bulls pero que aquí pasó desapercibido, James Blackwell, Carles Marco, Paco Vázquez, Ferrán Laviña, Linton Townes, clave en el último de los ascensos, Tomás Jofresa, Diego Sánchez, Luis Scola sin lugar a dudas el mejor jugador en la historia del club, Javi Rodríguez, Óscar Yebra, «Pancho» Jasen, Saúl Blanco, Lou Roe o Tom Wideman serán recordados por las tardes de gran baloncesto ofrecidas a los aficionados. Roe fue elegido mejor jugador de la liga en la temporada 2000-01 militando en las filas del Gijón Baloncesto.

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