Preciado: «Si les damos el balón nos martirizarán»

Gijón, Nacho AZPARREN

«Puede que haga muchos cambios y puede que no». Con ésta y otras frases de similar ambigüedad Manuel Preciado se refirió a sus intenciones de cara al partido ante el Getafe. «No hablaré de nombres para no dar ventajas a nadie», fue su concisa respuesta para evitar descubrir sus cartas antes de tiempo. Ésa parece la gran baza de Preciado, el factor sorpresa, ante un equipo del agrado del cántabro. «El Getafe es un equipo excelente con una manera de concebir el fútbol basado en el juego bonito y la posesión de balón», resume antes de apuntar sus debilidades: «También tienen carencias. Se puede decir que tienen dos caras, dentro de su gran nivel es capaz de hacer un partido extraordinario u otro más flojo».

Teniendo en cuenta las virtudes del once de Míchel, el planteamiento es claro. «Hay que impedir que jueguen cómodos, si les dejamos tener mucho tiempo el balón nos van a martirizar», indica Preciado. En el plano anímico, el Sporting ha salido reforzado tras el resultado de Málaga. Así opina al menos Preciado cuando explica que «tras el encuentro de la Rosaleda ha aumentado nuestra autoestima. Veníamos de una mala racha y siempre le das más vueltas a la cabeza de lo aconsejable. Por eso es importante el punto». Y añade: «Quizás en Málaga no se vio mucho fútbol, pero la actitud fue digna de elogio. Dimos la cara en todo momento y eso nos da fuerzas para ir a Getafe a ganar el partido».

Llegado este momento de temporada, el preparador cántabro pretende tener bajo control todos los elementos posibles. Por ejemplo, el árbitro. El encuentro será dirigido por Mateu Lahoz, famoso por su permisividad con el juego agresivo pero no violento, muy al estilo británico, como reconoce Preciado: «Le conocemos desde hace tiempo y es uno de los mejores árbitros de Primera. Diría que es mejor que los árbitros ingleses porque deja jugar al fútbol sin interrupciones constantes. El hecho de que él sea el árbitro influye en el planteamiento».

Preciado finalizó su comparecencia asegurando que «una victoria no nos daría la salvación de forma definitiva, pero sí prácticamente. Lo que me gustaría es llegar a Santander en la última jornada con los deberes hechos. Sería muy doloroso jugármela allí». Para tal objetivo, el equipo debe sumar en las dos próximas jornadas.