El Oviedo se despidió del ascenso de la peor manera posible. Perdió con justicia ante un Pontevedra al que le bastó su orden defensivo y el acierto de Igor en dos jugadas puntuales para llevarse el partido y la eliminatoria. Y lo que es peor, lo hizo con una gran impotencia. No supo ni jugar contra once, ni contra diez y menos contra nueve jugadores, en los últimos minutos del partido. Un gol de Perona a nueve minutos del final empató el partido y abrió la ilusión, pero fue un espejismo. No sólo no pudo remontar contra nueve, sino que acabó perdiendo el partido a un minuto del final. Triste final para una buena temporada, que además se vio empañado con graves incidentes tras finalizar el partido.

Los dos equipos salieron al campo con muy pocas variaciones con respecto al partido de Pasarón. En el Pontevedra, el único cambio fue el de Iván Carril por Víctor Bravo en la banda izquierda, mientras que en los azules la novedad fue la entrada de Invernón por Rubén García , lo que propició el cambio en el esquema de los locales.

En la primera mitad el Oviedo tuvo muchas dificultades para romper la línea defensiva del Pontevedra. Los gallegos con la línea de atrás adelantada controlaron sin problemas a los azules, que se empeñaron una y otra vez en abusar del juego directo. Al Pontevedra le bastó con mantener su orden defensivo para contener los tímidos ataques de los oviedistas, que tenían el control del balón, pero carecían de la más mínima profundidad. Una jugada de Manu Busto, en el minuto 2, y un disparo de Invernón a las manos de Quintana, en el 8, fueron los primeros acercamientos de los locales al área de Quintana.

El Pontevedra estaba cómodo atrás, pero le costaba salir con garantías. Prueba de ello es que un disparo de Iban Espadas que atrapó Aulestia sin problemas y un lanzamiento desde fuera del área de Padín, en el 28, fueron sus únicas acciones ofensivas en la primera mitad. Tampoco le hizo falta. El Oviedo hizo poco más. Tuvo muchos problemas para elaborar las jugadas con criterio y la única vez que lo logró dispuso de su mejor ocasión, en una pared de Manu Busto con Xavi Moré, pero el disparo de este último lo desvió Quintana a córner.