Oviedo

La selección chilena, rival de España en el grupo H del Mundial que arranca mañana, se midió ayer a Nueva Zelanda, otra de las clasificadas para la cita de Sudáfrica. El duelo -que fue un mero ensayo sin exigencias ni tensión- se saldó con la victoria de Chile por 2-0. El amistoso se disputó en un formato novedoso de tres partes de media hora, con un descanso de ocho minutos entre cada una para evitar sobrecargas. El 1-0 llegó en el minuto 69 y fue obra de Gonzalo Fierro. Tres minutos después Esteban Paredes puso el 2-0 definitivo.