Oviedo, Á. F. / Agencias

Robinho se lleva sus bicicletas al frío Milán. Allí podrá hacer pandillla con sus amigos brasileños Ronaldinho y Pato, y también encontrará competencia en una delantera que asusta. Ibrahimovic e Inzaghi completan una línea atacante de lujo. El club rossonero amarró el fichaje a una hora del cierre del mercado, por 18 millones de euros, más una serie de variables por objetivos.

«Es un gran regalo del presidente Silvio Berlusconi a la afición», aseguró Adriano Galliani, consejero delegado del Milán.

El brasileño firma por las cuatro próximas temporadas y encuentra en Italia un tren que pocas veces encuentran los futbolistas que regresan a América tras su periplo europeo.

Llegado al Madrid como proyecto de estrella, Robinho se enfrascó en todo tipo de placeres, antes de convertirse en el fichaje millonario (40 millones) del Manchester City. La temporada pasada ya no la terminó en Inglaterra, y tomó rumbo a Brasil para jugar cedido en el Santos.

El mediapunta brasileño pasó el reconocimiento médico en Gallarate, a las afueras de la capital lombarda, y se incorporará en breve a las órdenes de Massimiliano Allegri. «Quiero hacer historia aquí. Voy a dar muchas alegrías a los hinchas», comentó Robson da Souza, de 26 años.

La llegada de Robinho a San Siro flotaba desde hace tiempo en la oficina de Adriano Galliani. Sin embargo, no pudo llevarse a efecto hasta que no se concretaron las salidas de Kaladze al Génova y Klaas-Jan Huntelaar al Schalke. Además, Marco Borriello se marcha cedido a la Roma, con una opción de compra para la próxima campaña.

El ex futbolista del Santos y el Real Madrid dispondrá de esta manera de la última oportunidad para demostrar su gran categoría en el primer nivel. Tras fracasar en su etapa con el City en la Premier, regresó a Brasil en busca de cariño. Durante el pasado Mundial de Sudáfrica mostró un nivel más que aceptable, lo que convenció al Milán para apostar fuerte por él. Robinho tenía dos años más de contrato con el City.