Gijón, Á. C.

Las cosas se complicaban a medida que se aproximaba el mes de junio. Pedro Orfila era consciente de que su contrato se agotaba y, con 24 años, era inviable que le ofrecieran continuar en el filial. Las puertas del primer equipo se resistían, aunque formara parte de la mayoría de entrenamientos. La llegada de Clemente y su debut en Primera División abren nuevas esperanzas de seguir vinculado al club donde se ha forjado como futbolista.

«No me paro a pensar lo que sucederá más allá del mes de junio», asegura el luanquín, que prefiere valorar la situación del equipo antes que la personal. «Sólo pienso en el Racing de Santander. Es mi siguiente objetivo. El partido es casi una final para nosotros porque conseguir una victoria sería vital», subraya el rojiblanco.

La lesión de Lora, al que todavía le resta al menos una semana para recuperarse, añade motivos para verle de nuevo en el once. Una opción que aunque vuelva a robarle una sonrisa, Orfila tampoco se plantea. «Quedan por delante muchos entrenamientos y el entrenador será el que tenga que decidir. Estoy satisfecho por el rendimiento que tuve ante el Atlético, pero no es suficiente», afirma. Ni la varicela que ha sufrido hace unas semanas, y que contagió posteriormente a Bilic, ha podido con este luanquín dispuesto a aprovechar al máximo su oportunidad.