El Oviedo aprovechó dos regalos del Marino para llevarse los tres puntos de Miramar. El partido, a pesar de la mayor insistencia en ataque de los azules, parecía encaminado al empate inicial, pero dos errores de los locales le pusieron en bandeja la victoria a los azules. El primero fue de Queipo. El defensa intentó ceder de cabeza el balón a su portero, pero Nano muy atentó se adelantó y envió el balón a las mallas. El segundo, en otra acción similar. Un centro desde la izquierda de Nano que entra directo en la portería, tras resbalar Rafa Ponzo en su salida.

El Oviedo ganó más por intensidad que por el juego que expuso en Miramar. Los azules fueron muy planos, excepto en el tramo final del partido, ante un Marino, que lo fio todo a su orden defensivo y a sus posibles opciones a la contra. La victoria sirve para que el equipo de Pacheta recorte un punto con la zona de promoción de ascenso, que ahora está a tres.

Pacheta introdujo tres cambios en la alineación, los dos centrales, Jorge Rodríguez y Juanpa, y el delantero Martins, mientras que la presencia de Castaño en lugar de Miki fue la única novedad en el once de los locales.

La primera mitad fue toda del Oviedo. Los azules se hicieron desde el inicio con el control del juego ante un Marino que no se inmutó. Los locales cedieron metros y el balón, pero el Oviedo no supo sacar provecho de su superioridad. Prueba de ello es que los dos únicos disparos entre los tres palos de los azules vinieron a balón parado.

Al equipo de Pacheta le costó dar sentido a su juego. Apenas tuvieron profundidad y las ocasiones ante la portería de Rafa Ponzo fueron contadas. Una de las más claras llegó a los seis minutos, tras un saque de falta de Aitor Sanz que remató Jorge Rodríguez a la red, pero el árbitro invalidó la acción por fuera de juego del central azul.

El Oviedo tenía el control del balón, pero le costaba hacer daño a un Marino que se encontraba cómodo. Los locales se armaron bien atrás y esperaron con paciencia una oportunidad para sorprender al contraataque. Mientras tanto, el Oviedo seguía con su dominio estéril. Un remate de cabeza de Pelayo, a la salida de una falta botada por Aitor Sanz, en el minuto 18, fue el primero de los azules entre los tres palos.

Poco fútbol y escasas ocasiones

Luego lo hizo Martins, flojo a las manos de Rafa Ponzo y el propio Pelayo volvió a cabecear una falta sacada por Aitor Sanz obligando a Ponzo a intervenir.

Del Marino hubo pocas noticias en la primera parte. Prueba de ello es que su único disparo entre los tres palos de la portería de Lledó fue a falta de dos minutos para el descanso, en una acción de Sergio Prendes.

La segunda mitad se inició con la misma dinámica. El Oviedo tenía de nuevo el control del partido ante un Marino más preocupado por proteger su portería que ir de cara a por la victoria.

Los azules insistieron en su fútbol directo y metieron al Marino más atrás, pero a excepción de dos jugadas enlazadas que acabaron con buenos centros desde la banda derecha, las ocasiones brillaron por su ausencia.

Con ese panorama, el partido entró en el tramo decisivo. Pacheta dio entrada a Óscar Martínez y Abasolo, y apenas dos minutos después llegó el primer gol de los azules, en una jugada sin aparente peligro. Aitor Sanz hizo un cambio de juego a la banda izquierda, Queipo intentó ceder de cabeza a su portero, pero Nano se adelantó y batió a Rafa Ponzo.

Quedaban 19 minutos y el Oviedo tenía el partido donde quería y más al quedarse el Marino en inferioridad por una acción infantil de Alberto Saavedra, que se encaró con un grupo de aficionados. El defensa vio la segunda tarjeta amarilla y fue expulsado. Además, Jony, con problemas físicos, acentuó la inferioridad de los locales en los últimos minutos.

A pesar de su clara desventaja, el Marino lo intentó hasta el final ante un Oviedo que pasó a disponer de claras ocasiones para dejar sentenciado el choque. Un remate de cabeza de Juanpa fue sacado debajo de los palos por Guaya y, posteriormente, una buena jugada por la banda derecha de Abasolo fue rematada por Manu Busto, desbaratando esta ocasión Pablo Ríos.

A tres minutos del final llegó la sentencia del Oviedo, también en otra jugada de fortuna. Nano intentó centrar desde la banda izquierda, Rafa Ponzo resbaló en su salida y el balón se coló en la red.

Con muy poco, el Oviedo se llevaba los tres puntos ante un Marino que, salvo en el aspecto defensivo, no hizo méritos para más.