El debate de los lunes, por decir algo, correspondió ayer a los niveles de importancia. ¿Quién es más importante en el Barcelona Guardiola o Messi?, le preguntaron a éste quien, como buen driblador, dijo que Guardiola, faltaría más. De la buena educación del argentino no se suele dudar. Más tarde apareció Butragueño para sentenciar que los dos personajes más importantes de la historia del Real Madrid son Santiago Bernabeu y Alfredo Di Stéfano sin que se conozca todavía la reacción de Mourinho y de las Alas Pumariño, que seguro que está en desacuerdo, ni de su agregado de prensa y rey del telefonillo, Eladio Paramés.

Todo eso en la víspera de un martes y trece, como será hoy, aunque esto siga sin ser Bélgica, algo que ya nadie duda. En tal día como hoy el hombre más importante en los últimos años del Sporting, en definición de la leyenda de la ciudad sin nombre, explicará su versión sobre el despido que ha acordado con el club que quizá tenga que agradecerle los servicios prestados. Una época de gestión deportiva se queda atrás, con lo bueno y lo malo de ella. Tras el relevo en el banquillo estaba claro que, como dijo en su día Felipe González, dos por el precio de uno, aunque en cuestión de precios estos dos seguro que son más caros. Porque de aquellos sólo se cobraron el precio de uno.

Duros tiempos estos para el Sporting. Se juega la salvación cuando está en pleno cambio de ciclo tanto dentro como fuera del campo. Al relevo en la sala de estrategias se une la salida de jugadores a quienes se puede considerar emblemáticos, casos de Rivera o Iván Hernández. El primero era el más importante hace tres o cuatro meses. Ahora sigue los partidos de casa desde la grada y los de fuera, por la televisión. Los que se han hecho con los huecos son los que llegan del filial: Pedro Orfila, Gálvez o Mendy, que nunca parecieron ser objetivos prioritarios para los responsables anteriores. Las vueltas que da el fútbol, como la vida. Siete productos de Mareo, incluido Adrián Colunga, jugaron el sábado con el Sporting, cifra que sólo recuerdan los más viejos del lugar.

Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿Lo importante del sábado fueron los tres puntos, los amigos de Del Nido, la discusión del túnel de vestuarios o la señora vestida de negro que se sentó en la tribuna Este? Porque los tiempos son como son y la postura acrítica gana adeptos cada semana.

La víspera del martes y trece no trajo, por lo demás, muy buenas noticias. De las Cuevas será baja para Granada, seguro, y para el Mallorca, casi. Un puntal menos porque nadie duda de que el alicantino, aunque a nivel inferior que en la Liga pasada, sigue siendo la gran baza del ataque rojiblanco. La compañía, con bajas o sin ellas, tiene que seguir muy atenta, como el sábado, por ejemplo, porque llegan curvas. El próximo viaje y la próxima cita en casa son otras dos finales que no se pueden escapar de ninguna de las maneras. Dos victorias serán gloria bendita.