Miles de personas asistieron ayer en Bérgamo al funeral del centrocampista del Livorno Piermario Morosini, de 25 años, fallecido el pasado sábado mientras disputaba un partido de fútbol contra el Pescara. La iglesia de San Gregorio Bargarigo quedó pequeña para albergar al gran número de amigos y seguidores del malogrado futbolista. Las plantillas del Atalanta y del Udinese, equipos con los que Morosini disputó sus primeros partidos en la categoría juvenil, asistieron también el acto religioso. Fotografías del fallecido, coronas de flores y pancartas de homenaje al jugador fueron colocadas en la escalinata y el interior del templo. El féretro fue cubierto con la camiseta con el número 25 que vestía el joven futbolista.