Oviedo, M. D. B.

Rubén Suárez sólo ha salido seis veces como titular en el Levante, pero se las ha ingeniado para marcar ocho goles. El domingo rozó el noveno, pero su lanzamiento de falta, tras el rechazo de Diego López, se paseó por la raya hasta que fue empujado por Xavi Torres. El índice de efectividad del asturiano es altísimo, del 22 por ciento, ya que ha alcanzado su marca con sólo 36 remates. Un dato que le iguala nada menos que con Messi (31 en 139) y que mejora al «Pichichi», Cristiano Ronaldo (32 en 176).

Pese a sus buenos números, Rubén sabe que mañana, en el campo de la Real Sociedad, volverá a ser suplente. El entrenador del Levante, José Ignacio Martínez, no se deja impresionar por sus números ni por el apoyo de la afición, que jalea al asturiano cada vez que asoma por la banda del Ciudad de Valencia. «Lo de la gente es increíble. Nunca había vivido algo parecido. El otro día salí llorando del campo».

Después de la frustración de su salida del Sporting y de su aventura con final amargo en Elche, Rubén ha encontrado su sitio en Valencia y en el Levante. Con 33 años recién cumplidos sólo le falta una cosa: más minutos. Como acaba contrato el 30 de junio y todo apunta a la continuidad de Martínez, Rubén empieza a plantearse el cierre de su carrera deportiva fuera de España, con un contrato suculento, del estilo de su ex compañero Nano en China.

«Estoy mejor que nunca», recalca el gijonés, que puntualiza sobre su edad: «Se notan los dos años que estuve parado por la lesión de rodilla. Es como si tuviese 31». Realista, Rubén admite que en sus números también tiene algo que ver la suerte: «Todo lo que tiro va dentro». Una sensación que traslada al equipo, que tras 27 jornada sigue en el cuarto puesto. «Esto es irrepetible para el Levante», declara Rubén mientras disfruta de las fallas valencianas. Su temporada también es de traca.