Arriondas,

J. M. CARBAJAL

Diecisiete kilómetros le faltaron al riosellano José Luis López Somoano, miembro de la Sociedad Cultural y Deportiva Ribadesella, para completar su particular y benéfico triatlón «ironman». El ultrafondista, cabo primero del Ejército destinado en Noreña, se propuso realizar el triatlón más exigente que existe para recaudar fondos para la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) Jovellanos. No acabó la prueba, pero logró 903 euros.

El polifacético deportista comenzó su aventura a las 5 de la mañana en el puente de Llovio para nadar -protegido con traje de neopreno- la distancia de 3,860 kilómetros hasta la villa riosellana. Posteriormente, acompañado de Herni, un amigo de Posada de Llanes, afrontó 180 kilómetros de itinerario en bicicleta, es decir, varias vueltas completas a un circuito entre Ribadesella y Arriondas. Después, ahora teniendo de compañía en ruta al cántabro Carlos Díez, este de Comillas, acometió un maratón (42,200 Km.) corriendo a pie desde la villa riosellana a la capital parraguesa aprovechando la infraestructura establecida para la Media Maratón «Ruta de la Reconquista». A la altura de Triongu las fuerzas le abandonaron y optó por retirarse. Las pésimas condiciones meteorológicas a lo largo de toda la jornada fueron un pesado lastre añadido a la dureza intrínseca de la prueba, con un total de 226 kilómetros.

«Queremos agradecer la colaboración prestada tanto por Herni como por Carlos Díez», aseveró en la villa de Arriondas la esposa de López Somoano, Tamara Suárez Fernández, que aguardaba a su marido instantes antes de iniciarse la «Ruta del Sella», cerca de las cinco de la tarde, para hacerle entrega del correspondiente dorsal de corredor y así poner colofón a esa entrañable aventura solidaria.