«Manolo hoy en día es el entrenador del Sporting. Ésa es la confianza. Lo que pueda pasar el lunes o dentro de un mes..., yo no sé si lloverá o hará sol». Manuel Vega-Arango respondió de esta enigmática forma cuando se le pregunto si el entrenador del Sporting contaba con la confianza del consejo de administración al cien por cien. El presidente se afanó en todo momento por transmitir una sensación de normalidad que no refleja la actividad desarrollada en el club. «A mí nunca se me ha oído decir que Manolo no iba a continuar», puntualiza el dirigente, que se mostró tajante al asegurar que «el club no ha contactado con ningún entrenador».

Manuel Vega-Arango atendió a los medios en el transcurso de una improvisada rueda de prensa que se celebró ante la puerta de las oficinas. El dirigente detalló cómo había transcurrido el día de puertas hacia adentro. «Esta mañana me he reunido con Raúl Lozano, que es el director deportivo y con todos los miembros de la secretaría técnica, tuvimos una entrevista larga en la que analizamos esta preocupante situación y buscamos fórmulas y soluciones», arrancó el presidente rojiblanco que continuó a renglón seguido: «Después llamé a Manolo, estuve con él cerca de una hora, y le hablé de la intranquilidad que existe en el club, que existe en la afición, porque las cosas no marchan como tendrían que marchar, porque hemos comenzado la temporada francamente mal». Y concluye asegurando que «esto es lo que ha habido y nada más».

El presidente del Sporting no se anduvo con paños calientes y reconoció que «estamos preocupados con la situación, ésa es la realidad». El dirigente reflexiona acerca de que «es un momento duro y difícil, cuando todos entendíamos que el campeonato iba a iniciarse en plan triunfador».

La consecuencia directa de este mal inicio fue que se cuestionase la figura del entrenador, pero Vega-Arango lanzó un duro mensaje a los jugadores rojiblancos. «A los futbolistas quiero darles un toque de atención, porque están en un club con veinte mil abonados, que no es poco, con una afición volcada y en un club que tiene uno de los presupuestos más altos de la categoría», advierte.

Cuando repasaba el capítulo de los responsables, el presidente fue increpado por un aficionado que le escuchaba desde una distancia de unos metros. «No valen excusas para nadie», decía Vega-Arango, cuando fue interrumpido. «Para usted tampoco, que es el máximo responsable», le espetó el aficionado. El presidente no se achicó: «Eso es lo que usted cree, pero está muy equivocado. Eso dígamelo usted hace diez años y no sé ni cómo hablo con usted».

Vega-Arango siguió atendiendo a los medios y cuando terminó se fue en busca del aficionado, que ya había abandonado la escuela de fútbol, aunque su acompañante seguía en Mareo viendo la escena.