Sandoval ya se lo ha dejado prácticamente claro. «Me ha dicho que juegue contra Osasuna tranquilo, tal y como yo sé», reconoce Borja López. El ensayo general para recibir al cuadro navarro, en el que jugó dentro del equipo titular, y las palabras de su entrenador al término del entrenamiento lo acercan al sueño. Ese objetivo perseguido desde que llegó a los alevines del Sporting, hace diez años, procedente del Llano 2000. Este gijonés del barrio de Pumarín está a un paso de ver recompensada una prometedora trayectoria que lo ha llevado a pasar por las categorías inferiores de la selección española y a ser ahora un habitual de la sub-20. Cuenta las horas del que será su estreno, con tan sólo 18 años, en El Molinón.

«Tengo unas ganas tremendas de que llegue el partido. Tengo mucha ilusión por jugar en Copa», explica con una amplia sonrisa Borja López. Sus ojos verdes rebosan la alegría de quien ve cómo se acerca la oportunidad que tantas veces imaginó siendo niño. Un poco más niño, porque Borja López sigue siendo un guaje, como muchos aficionados lo denominan.

«¿Va a jugar el guaje?», pregunta un grupo de sportinguistas que sigue el entrenamiento en Mareo. «En teoría, sí», contesta minutos después el gijonés cuando accede a sala de prensa al término del entrenamiento. Sus condiciones con tan sólo 18 años han desatado el interés de la grada, alimentadas por la necesidad de encontrar refuerzos para la defensa.

Borja López comenzó a jugar al fútbol en la inagotable cantera del Xeitosa, para después dar el salto al Llano 2000. Ya desde pequeño destacaba por su gran envergadura, actualmente mide 1,93, y por una habilidad con los pies que lo hacían diferente. Lejos de estancarse en el estereotipo de defensa corpulento que termina reñido con el balón, el gijonés comenzó a mostrar detalles técnicos que llamaron la atención en Mareo. Con apenas 8 años fue llamado para reforzar al alevín e inició un crecimiento que lo ha llevado a las puertas del primer equipo.

«Me definiría como un jugador rápido, en relación a la altura que tengo, y al que le gusta sacar el balón jugado», explica el protagonista. Sandoval ya lo había seguido durante las concentraciones de las categorías inferiores de la selección española en Las Rozas. Su perfil se ajusta al estilo de central del gusto del madrileño, que nada más llegar a Gijón lo llamó a filas para entrenar a sus órdenes. No era la primera vez que Borja López asomaba en el primer equipo. Manuel Sánchez Murias ya contó este año varias veces con él. La temporada pasada incluso lo hizo debutar en Segunda B.

Borja López fue uno de los puntales del último título del juvenil rojiblanco, que se proclamó campeón hace unos meses del grupo I de División de Honor. Marco Díaz, técnico del equipo, ya avisaba entonces del gran futuro de sus dos centrales titulares, Borja y Julio. Este último, de 17 años. Ambos integran una prometedora generación a la que hay que sumar a los internacionales Álvaro Bustos y Álex Serrano.