Soplan tiempos de cambio en el Sporting. Tras diez años bajo el mandato del mismo consejo de administración, el órgano gestor de la SAD sufrirá una profunda remodelación en la próximo junta de accionistas del 18 de diciembre. Amador Yenes y Mariano Fernández Prendes dejaran sus funciones y serán sustituidos en el cargo por Javier Fernández, hijo del máximo accionista, y por Javier Martínez Fernández, conocido empresario hostelero muy valorado en la ciudad. En principio se valoró también la posibilidad de que Alfredo García Amado pasase de ser director general a consejero, pero finalmente se decidió mantener el cuatro el número de miembros del consejo.

Javier Martínez Fernández (47 años) casado y con dos hijos, es un hombre sobradamente conocido en la ciudad por sus negocios de hostelería. Es socio fundador del Grupo Gavia, junto con Ángel Lorenzo y participa de los diez negocios de todo tipo (restaurantes y pubs, principalmente) que tiene esta sociedad que genera en torno a un centenar de empleos. Además es dueño de Opera Sonido, un negocio de imagen y sonido situado en la calle San Bernardo. Javier Martínez es también vicepresidente de la asociación de hostelería de Gijón, en la que cumple su segundo mandato, en el primero ejerció de tesorero.

El nuevo consejero llega al club avalado por su buena relación con el director general, García Amado, y con Javier Fernández. Ambos se incorporarán al consejo de administración con el fin de modernidad el sistema de gestión del club, aportando juventud y experiencia en los negocios. Javier Fernández, lógicamente, jugará un papel mucho más protagonista, ya que su padre es el máximo accionista de la entidad, con lo que se trata de un patrimonio familiar.

A grandes rasgos, el funcionamiento de la entidad no sufrirá tampoco una modificación estructural. José Fernández mantendrá el control de la entidad, mucho más con su hijo como consejero. Manuel Vega-Arango se mantendrá como presidente y Antonio Veiga como vicepresidente. Veiga sigue ingresado en el hospital de Cabueñes recuperándose de un infarto que sufrió la semana pasada y que hizo que fuera necesario someterle a un cateterismo y quizá haya que hacerle otro. El consejero fue trasladado a planta ayer mismo.

En esta junta de accionistas, el club presentará también un balance de resultados muy ajustado y que se ha cuadrado gracias a los 4,5 millones ingresados con el traspaso de José Ángel a la Roma. El Sporting tiene que afrontar este mes de diciembre un importante pago de su deuda privilegiada y el consejo apura estos días las gestiones para conseguir la liquidez necesaria. La idea es que la deuda concursal quede reducida a unos 12 millones de euros al término del año.

El descenso de categoría ha castigado con severidad el plan de viabilidad marcado en el club que sin embargo ha hecho caja con los traspasos de Barral y Botía. Estos movimientos no se verán reflejados en el balance presentado el próximo mes, ya que corresponden al ejercicio en curso, del que sólo se conocerá el presupuesto. Lo más preocupante a día de hoy para el sportinguismo es la mala marcha deportiva de la entidad, ya que del objetivo del ascenso depende también la estabilidad económica.