Gijón, J. E. CIMA

Desde su llegada a Gijón, Mandi se ha mostrado como un jugador de coraje que intenta transmitir sacrificio y espíritu de lucha. «Pienso que cada uno da lo mejor de sí, aunque es el entrenador quien mejor nos conoce y sabe lo que cada jugador puede aportar. Creo que a todos nos gusta el fútbol y cada cual intenta aportar el máximo al equipo», señala el pivote canario sobre la reclamación del técnico de tomárselo todos más en serio.

También tiene claro que mañana frente al colista, el Racing de Santander en El Molinón, se disputará un partido complicado. Pero no quiere pensar en otra cosa que no sea la victoria, porque «siempre que se falla luego todos los jugadores somos peores y ya no tan buenos. Hay que salir, como siempre, a darlo todo y a ver si tenemos fortuna de acertar con las ocasiones que creamos, porque este desacierto nos está pasando un poco factura. Ellos están abajo y querrán salir, pero también les pesarán más las piernas por la situación que viven».

Desde el cuerpo técnico se pide autocrítica y Mandi explica que la situación es «fruto de que empatamos y empatamos, y no ganamos. Es normal que todo el mundo esté un pelín cabreado con nosotros e incluso el entrenador porque no nos salen las cosas. Es la primera vez en mi carrera que juego en un equipo con tantos empates».

Precisamente algún reparto de puntos como los logrados en Huelva o con el Mirandés no fueron tan criticados como el de Murcia. El pivote de 23 años, que se formó en la cantera del Real Madrid, reconoce que «cada partido es un mundo distinto. A veces llevas el ritmo y peso del partido, creas las ocasiones pero no entran los goles. En Murcia no se dio la mejor imagen del Sporting, pero aún así tuvimos ocasiones y oportunidades para marcar. Y que recuerde ellos sólo tuvieron la falta que convirtieron».

Apoyándose en su experiencia en el filial del Madrid, Mandi no está de acuerdo en «que el equipo no puede dar más, pienso que es algo sicológico que nos pasa desde el principio de temporada. Somos jugadores maduros para saber dar la vuelta a las cosas porque así no vamos a ningún lado».

Para agregar el isleño que «empatando y empatando nos salvaremos, pero queremos ascender. Como toda la afición, la ciudad y los jugadores. Así que a la afición hay que pedirle que no arroje la toalla y nos siga apoyando, porque sino acabaremos luego como todos los equipos, abajo. Mi sueño cuando llegué a Gijón, como el de todo el mundo, también era para estar arriba. Pero eso era un sueño y ahora la realidad es otra».

En Murcia jugaron juntos por primera vez el refuerzo Cristian Bustos y Mandi como pivotes. El técnico se quejó de que a veces ambos se tapaban. El de San Bartolomé de Tirajana explica que «ya hablamos de ir puliendo cosas a medida que juguemos más y también en los entrenamientos».

Igualmente está creando preocupación dentro del club las numerosas amonestaciones que el canario recibe de los árbitros. «Este año me estoy llevando más de lo normal y parece que todas me tocan a mí. A estas alturas en la pasada campaña no hubiera cumplido dos ciclos. Habrá que cambiar en este tema porque cuesta dinero al club y además Sandoval se enfada conmigo», comenta.