«Además de ser un orgullo, ir a la selección te ofrece minutos de competición que te vienen bien». Álex Serrano busca en la selección española sub-19, en cuyas convocatorias es un fijo, los minutos que no tiene en el Sporting. El joven futbolista, asesorado por su padre, Mino, y por su representante, Ginés Carvajal, decidió este verano hacer valer la cláusula de su contrato que le garantiza una ficha del primer equipo. El club intentó convencerlos para que Álex entrenara a las órdenes de Sandoval pero jugase con Abelardo cuando no lo citase el técnico del primer equipo. Como los ganadores apuestan fuerte, Álex Serrano empieza con un órdago.

Una inoportuna lesión en el tobillo ha sido un hándicap añadido a las dificultades que superar un chaval de 18 años para hacerse sitio en el fútbol profesional. Otro obstáculo fue la gran progresión de Álex Barrera, titular del puesto al que opta Serrano: «Somos unos cuantos jugadores para la mediapunta y Álex está muy bien». A la espera de su momento, Álex Serrano encuentra consuelo en la «Rojita». Luis de la Fuente acaba de incluirlo en la lista de convocados para un torneo de la Uefa en el que España se medirá a Portugal, Eslovaquia y la anfitriona Hungría. «Una llamada a la selección siempre viene bien, te anima, te alegra y vas siempre con ganas de hacerlo muy bien», explica el futbolista rojiblanco que añade que «en este caso es para un torneo y no para un entrenamiento, así que vamos a intentar ganarlo y, sobre todo, jugar y disfrutar».

Lo que está más complicado es lo de hacerse un sitio en el equipo titular del Sporting. Álex Serrano asume su rol con una madurez impropia de su edad y sin caer para nada en el conformismo. «Acabo de salir de una lesión, el equipo está funcionando bien y tengo que trabajar y esperar mi momento», señala antes de asumir que «el equipo está ganando, los que están jugando lo están haciendo muy bien y nos toca esperar; cuando llegue mi momento, intentaré aprovecharlo».

El futbolista no se arrepiente de la decisión que tomó el pasado verano, cuando rechazó la opción de jugar con el filial: «Tanto mi padre, como mi representante, como yo, tuvimos claro desde el principio que íbamos a arriesgar y apostar por estar arriba desde el principio». El futbolista no se resigna y argumenta que «ahora de momento estoy parado, tuve la mala suerte de la lesión, y tengo que esperar». Y refrenda su discurso insistiendo en que «yo sigo apostando por eso y no tengo ningún problema, estoy contento en el club».

La apertura del mercado de invierno le permitirá hacer un primer balance de cómo le ha salido esa apuesta, aunque todavía ve lejos esa fecha. «No me planteo nada, de aquí a diciembre quedan partidos, quedan minutos... ya se verá cuando llegue. Estoy contento aquí, estoy ilusionado y mientras el equipo vaya ganando, eso es bueno para todos».

Por lo demás, el atacante anuncia que «llevo ya dos semanas entrenando bien, sin molestias en el tobillo, y voy ponérselo difícil».