Al término del partido en La Caseta, Carlos Granero evitó en un par de ocasiones referirse directamente a la actuación de los futbolistas sobre el terreno de juego. "No es el momento de esas valoraciones. Hay que estar con ellos porque, esté yo o no, son estos jugadores los que nos sacarán de esta situación", comentó. Sí dejó el técnico alguna reflexión en el aire sin querer entrar en el fondo del asunto. "Si el problema soy yo, echan a Granero y solucionado. Pero creo que el problema quedaría", reflexionó el técnico oviedista.

La situación de emergencia creada con el empate fue tal que, en una decisión poco común, el club decidió que otros dos futbolistas, el capitán Diego Cervero y el veterano Javi Hernández, desfilaran por la rueda de prensa para mostrar su punto de vista sobre lo que acababa de pasar en el césped. Con las pulsaciones aún por las nubes y un nutrido grupo de aficionados esperando la salida de la expedición para mostrar su decepción mayúscula, Javi Hernández expresó su sentir sobre la situación en la que quedaba el equipo en esos momentos. "Hace semanas ya dije que estábamos en un momento complicado y ahora sólo quiero decir que el equipo va a dar la cara. El empate significa un tropiezo en nuestros planes, pero no cambia nuestra ambición, sabemos lo que queremos lograr. Es fácil que la gente desconfíe de nosotros, pero vamos a luchar a muerte y vamos a conseguir el objetivo sí o sí", expresó.

Ayer fue uno de los capitanes, David Fernández, quien ofreció su visión de lo ocurrido, aunque sin encontrar aún una explicación racional a un empate tan doloroso. "Era un encuentro importante y lo teníamos que haber ganado", resumió el central. "Entendemos el disgusto de la afición porque todos confiamos en lograr la victoria y no lo conseguimos. Es complicado de asimilar, pero hay que sobreponerse cuanto antes y ojalá podamos recuperar su apoyo porque es importante para nosotros", añadió. El partido del jueves ante el Racing de Ferrol se presenta de esta forma como la única tabla de salvación.