Imposible, así de rotundo, el Aconcagua dijo no. Así lo ha anunciado Rosa Fernández. "Volvió a nevar, el frío fue espantoso, el viento regresó con toda la crueldad del mundo, la montaña cerró sus puertas", resumió

Indalecio Blanco, extenuado, consiguió llegar más arriba de Nido de Cóndores, "pero ahí no tuvo fuerzas para más. Acalambrado, vacío, triste, tuvo que renunciar a su sueño".

La montañera explica que tuvieron que ayudar a bajar a Indalecio hasta el campo base turnándose el resto de expedicionarios para que sujetarle entre dos. "Si le poníamos los crampones perdía el equilibrio, sin ellos le era imposible avanzar sobre el hielo. Por primera vez vi a Dawa muy preocupado, expone Rosa..

Pésimas condiciones, la montaña en su versión más hostil

Parte de la expedición intentó la cumbre. Rosa se había quedado en un lugar seguro con Indalecio mientras Dawa, Luz y Ángel hicieron un intento final de cumbre. "Llegaron a la Canaleta pero se encontraron con mucha nieve acumulada y un gran riesgo de que bajo sus pies una placa se desprendiera arrastrándolos al vacío. Aquí, a 6700 metros de altura, terminó todo"

Escaladores fortísimos y experimentados están retirándose de la montaña vencidos y con congelaciones. Imaginad el esfuerzo supremo que supuso para Inda llegar a donde llegó, yo apenas consigo hacerme una idea.

!Por suerte conservamos la lucidez necesaria para hacer a tiempo un pacto último con el Aconcagua: ya no seguiremos peleando por tocar tu cumbre, pero permítenos regresar sanos y salvos a casa", concluye la montañera.