La edición de ayer del Desc

Arriondas, J. M. CARBAJAL

El Descenso del Sella sirvió para que algunos personajes históricos de la prueba aprovechasen la ocasión para bajar el río acompañados de sus familiares más cercanos. Fue el caso de Ton Soto (Club Piragüas Sirio), uno de los mejores palistas asturianos de la década de los 80, que aprovechó la cita para celebrar los 25 años de su segunda victoria en el Sella -lograda con Falu Hernanz, en 1989-, para bajar con su hijo, Guillermo Soto Peña, de 21 años, quien despunta en el juego del golf.

Por allí también se encontraba, aunque en la categoría mixtos, Manuel Fonseca de la Llave, quien en la víspera recibió el "Premio a los Valores del Sella-Coca Cola", que volvió a cumplir con su ritual en las aguas selleras, igual que viene haciendo desde hace cuarenta y nueve años. Paleó en K-2, junto a su hija Bárbara Fonseca Alonso (Alberche Kayak). Otra pareja que también participó en esa categoría fue la compuesta por Maxi Llamedo, triunfador del Sella en el año 1984 -con su hermano Emilio-, quien remó en ésta ocasión, conmemorando tres décadas de aquella victoria, con su mujer Nieves Llaneza (CODIS).

Por otra parte, los chavales del Club Piragüas La Llongar aprovecharon el evento sellero para sacar a la venta unas bonitas pulseras con versos de Dionisio de la Huerta y decoradas con los colores de la bandera de Asturias. Lo recaudado se destinará a comprar una furgoneta con la que puedan trasladarse a los distintos Campeonatos. "Necesitamos alrededor de 8.000 euros", aseveró Alfonso Vivero, director técnico de la entidad, quien también sopesa poner en marcha una rifa para seguir captando más recursos y hacer realidad la adquisición del vehículo.

En esta edición, una de las partes menos conocidas para el gran público, aunque de gran importante para los palistas, es el buen funcionamiento de la apertura de los cepos, el cual se realiza de forma manual y mientras los encargados de los mismos aguardan al encendido de las luces "verdes" del preceptivo semáforo de la salida. "Hay que estar atentos al semáforo y una vez se pone en verde, abrirlos. Antes, se abrían al final del Asturias Patria Querida", asevera Paco Bonilla, responsable de la parrilla de los primeros 25 cepos de la salida. "Hay buena coordinación", matiza. Y es que lo asegura una persona que lleva dos décadas en esos menesteres.

Entre las miles de personas que éste segundo sábado de agosto se acercaron a pie de rio se encontraba la canguesa Ana Rodriguez, una de las más grandes piragüistas del Club Sirio-Superfoto, que ganó el Descenso Internacional del Sella en 1978, en la modalidad de K-1. Al año siguiente, en1979, conquistó la primera medalla para el piragüismo femenino español, en los Juegos Mediterráneos.

Tomó la drástica decisión de abandonar el piragüismo en 1980, con sólo 20 años, al no ser convocada para la Olimpiada de Moscú -pese a tener muy buenos tiempos- por falta de presupuesto en la Federación Española para llevarla a los Juegos Olímpicos. Ana Rodríguez, a la que entrenaba en el Club Sirio en aquellos tiempos "Tino el de la Imprenta" se mantiene fiel a la Fiesta de las Piragüas de Asturias, aunque disfrutándola desde fuera del agua. Y en los últimos años en compañía de su sobrino Arzur Coro.

A un lado campeones del Mundo y de Europa, sean en la máxima categoría o en júnior, el Descenso Internacional del Sella también tiene cabida todo un campeón olímpico como Carlos Pérez Rial "Perucho", quien se quedó fuera del equipo nacional de pista que se encuentra compitiendo en estas mismas fechas en el Mundial en aguas tranquilas, precisamente en Moscú. "La última vez que participé en el Sella fue cuando era juvenil", recordó Perucho.