Es implacable y parece claro que no le gusta el fútbol. Soledad García López, directora del departamento de recaudación de la Agencia Tributaria, es la dama de hierro de Hacienda que tiene soliviantado al fútbol español. Desde su llegada al cargo, hace aproximadamente un año, ha impuesto un cambio brusco de política en las negociaciones con las Sociedades Anónimas Deportivas. No acepta ningún tipo de acuerdo o aplazamiento, exige los pagos a fecha de cobro o ejecuta embargos. El Sporting se suma al malestar que existe en Zaragoza, Santander y otras muchas ciudades cuyos equipos se ven asfixiados por sus decisiones.

La situación del Sporting no pinta bien. El club tiene que hacer a final de año un pago a la Agencia Tributaria que ronda los cinco millones de euros. En 2015 vence un aplazamiento por otros cinco millones y en 2017, la deuda concursal subordinada por valor de otros 4,3 millones de euros. Eso sólo con Hacienda. A esto hay que sumar los 2,5 millones del crédito concedido por Doyen Group y el millón de euros más intereses que tiene que devolver a los inversores del crédito Scepovic. Sin olvidar los gastos corrientes del ejercicio. La Agencia Tributaría ya está tramitando embargos que podrían afectar al club rojiblanco y no pierde de vista los 2,5 millones ingresados por el traspaso del delantero serbio Scepovic al Celtic de Glasgow.

Los problemas para el Sporting comenzaron hace cosa de un año, cuando su expediente se trasladó de Asturias a Madrid. En el Principado, el club siempre ha mantenido relaciones fluidas con José Manuel González-Lamuño, jefe de dependencia regional de recaudación, y con José Ignacio Rollán, delegado de la Agencia Tributaria en Asturias, que le permitían ir llegando a acuerdos que garantizaban la viabilidad de la entidad. Esta vía está ahora completamente cerrada.

No se trata de no pagar. El fútbol ha iniciado una firme política de control para sanear la deuda de los clubes con la Agencia Tributaria, pero es un proceso a medio plazo. De lo contrario, muchos equipos se verán abocados a la desaparición y Hacienda dejará de ingresar una parte de los suculentos dividendos que genera este deporte. La Liga de Fútbol Profesional firmó un acuerdo con el Consejo Superior de Deportes para el saneamiento del fútbol, pero no en estos términos. Los máximos organismos deportivos, tanto el Consejo Superior de Deportes como el Secretario de Estado para el Deporte, son partidarios de flexibilizar la postura de Hacienda para permitir la supervivencia de los clubes, a la vista de las posibles consecuencias.

El Sporting, como otros equipos, pretende conseguir aplazamientos a largo plazo, con porcentajes de las ventas como garantías. Las gestiones pintan bien mientras se negocia con subordinados de la directora de recaudación. La queja unánime es que, cuando llega a sus manos, la situación se bloquea. Soledad García tiene por encima suyo al gijonés Santiago Menéndez, director general de Hacienda, al presidente de la Agencia Tributaria, Miguel Ferré Navarrete, y al ministro, Cristóbal Montoro.

Las malas relaciones de Soledad García con el fútbol se remontan a la época en la que fue designada como administradora concursal del Rayo Vallecano en representación de Hacienda. En aquella época se inicio también un tenso enfrentamiento con Javier Tebas, hoy presidente de la LFP, y entonces abogado del conjunto vallecano. El consejo de administración del Racing de Santander la acusa de poner en peligro el futuro del club. La dama de hierro hace temblar al fútbol.