"Enhorabuena campeón" se leía en las camisetas de muchas de las personas que se acercaron ayer hasta el aeropuerto de Asturias a recibir y homenajear a Alberto Suárez Laso. Bajo una foto del atleta también aparecía la leyenda "medalla de plata", sin que pareciera una contradicción. Porque el segundo puesto del riosano en la maratón de Río de Janeiro no rebaja la consideración que se ganó hace cuatro años en Londres, donde se colgó el oro.

Desde que llegó a España, el martes, Suárez Laso no ha dejado de recibir reconocimientos junto al resto de deportistas que compitieron en Río. Pero ninguno tan emotivo como el de la tarde de ayer en Santiago del Monte, donde familiares, amigos y representantes de su concejo natal, Riosa, le mostraron su apoyo. Allí estaba su mujer, Paloma, que le acompañó en Río y regresó antes a Asturias. Y, sobre todo, su hijo Álvaro, el reencuentro más esperado después de diez días sin poder darle un abrazo.

Suárez Laso volvió a hablar de la alegría por su medalla de plata y, principalmente, del sufrimiento durante los 42,195 kilómetros de una carrera marcada por el calor y la humedad. El riosano acabó la jornada del domingo tan agotado, tras la ceremonia de entrega y el control antidoping, que no tuvo fuerzas ni ánimo para participar en la ceremonia de clausura. Pero al día siguiente, según cuenta admirado su entrenadora, Chus Castaño, aprovechó su última jornada en Río para visitar el Pan de Azúcar y el Cristo del Corcovado. "Podría haber cogido el ascensor, pero prefirió subir los doscientos y pico escalones", destacó Castaño.

Liliana Oliveros, la gijonesa que completó la participación asturiana en los Paralímpicos, también descansa en su casa de Madrid, tras participar en los compromisos publicitarios. La arquera regresó de Río con una sensación agridulce, ya que esperaba mejorar el octavo puesto en la modalidad individual. "Si hubiese estado cerca de mi puntuacón habitual podría haberme metido en las semifinales", destacó Oliveros, que todavía no sabe muy bien en qué falló. "Hice muy pocos puntos en la última tirada", destacó.

Liliana Oliveros lleva sólo tres años practicando el tiro con arco, por lo que espera seguir progresando durante el próximo ciclo olímpico para estar en Tokio-2020 y optar a algo más.