Pumarín saca pecho

El espectáculo de Pumarín cada vez que juega el Unión Financiera Oviedo es algo recomendable de ver y, de paso, de disfrutar. Disfrutar como ayer, cuando ganó al Palma tras un magnífico segundo tiempo para mantener su inmaculada racha de victorias en casa y prolongar el sueño de jugar la Copa.

Carles Marco ha convencido a sus jugadores de que en la LEB Oro hay que añadirle mucho trabajo duro al talento que todos ellos tienen. En los entrenamientos y en la pista. La plantilla se ha aplicado el cuento y cada vez que salta a la cancha no da un balón por perdido ni un rebote por imposible. Un grupo convencido de sus opciones que, además, tiene un líder en la pista que está dirigiendo al equipo cada vez mejor. Dani Pérez se comió el partido de ayer con garra, inteligencia y personalidad. Los locales llegaron al tercer cuarto tres abajo (40-43) y el base catalán convirtió una acción de tres puntos con canasta y tiro adicional nada más salir de los vestuarios y a continuación metió un triple con el que puso por delante a los suyos (46-43) y con el que levantó al público de sus asientos. Fue el pistoletazo de salida para una defensa que dejó sin argumentos a un Palma que había demostrado tener buenos argumentos y que comenzó el partido con mucho acierto.

Lo de Dani Pérez es para recrearse. Lo de menos es que fuera el más valorado del partido (con 24), o que metiera las cuatro canastas que intentó, los dos triples que lanzó y que sólo fallara uno de los dos tiros libres que tuvo (15 puntos en total). Más importante que todo ello es que ayer tuvo que vérselas con Carles Bivia y Mikel Úriz, dos bases que están en la aristocracia de esta categoría, y fue capaz de salir muy bien parado. Metió manos en defensa continuamente, robó dos balones y tomó siempre buenas decisiones. Él fue uno de los principales responsables del desquiciamiento generalizado con el que concluyó el partido el conjunto balear. Las protestas le costaron la expulsión al entrenador, pero la realidad es que el cuadro local ganó el partido porque tuvo los arrestos de dar un paso adelante en el momento que había que darlo.

Los elogios se acaban para un equipo que ha acostumbrado a su afición a acertar siempre. Buena prueba de ello fue la actuación ayer de Jesperson. El estadounidense metió seis triples de ocho intentos. Dijo Carles Marco en una rueda de prensa que lo que sucedió con Drew Windler (se fue del equipo de un día para otro) les haría mejores. Lo están demostrando. Tampoco estuvo mal la actuación del recién llegado Agustí Sans: jugó más de 13 minutos gracias a los que Dani Pérez pudo tomarse un respiro. Y lo hizo manteniendo la intensidad defensiva. Se trata de un jugador con un físico privilegiado y que puede aportar muchas cosas al grupo. También tuvo un par de minutos el canterano Alonso Meana. Pero es que Miquel Salvó, Felipe dos Anjos, Manu Rodríguez o Löfberg también estuvieron a un nivel muy alto. En ataque y en defensa.

Un partido el que ganaron a Palma ayer que no pintaba nada bien en la primera parte. Marcadores ajustados, facilidades para anotar en los dos aros y un gran acierto de los visitantes. Tocó corneta Dani Pérez tras el descanso y Palma ya sólo fue capaz de anotar 33 puntos. Muchos de ellos cuando el partido ya estaba roto y había bajado la tensión.

El sueño de disputar la Copa Princesa está más cerca que nunca. Hay tres equipos -Palencia, Guipúzcoa y Oviedo- empatados a once victorias. Faltan dos jornadas para cerrarse la primera vuelta (se clasifican los dos primeros y el que acaba primero hace de organizador) y el Oviedo se medirá el martes al Araberri en Vitoria y el viernes 30 en Pumarín al Barça B. Puede ser el feliz final de año en un fortín irreductible.