El Unión Financiera se acaba de convertir en uno de los más serios candidatos al ascenso deportivo a la ACB. El equipo ovetense doblegó en su pista -un Pumarín que se ha convertido en una auténtica pesadilla para los equipos que lo visitan- nada menos que al Palencia, el actual campeón de la LEB Oro. Y lo hizo tirando de épica, resistiéndose a caer cuando ya todo parecía perdido y contando con el apoyo de una afición que está viviendo un sueño. Los carbayones llegaron a la prórroga después de comenzar el último cuarto 14 abajo (55-69). En el tiempo añadido fueron capaces de imponerse y de ganarle a Palencia el basket-average. Los castellanos vencieron por dos (72-70) en la ida y los ovetenses lo hicieron por cuatro (93-89).

Para ganar un partido así hace falta ser un equipo con mucho corazón, es decir, necesitas contar con Víctor Pérez. El capitán había jugado poco más de seis minutos en los tres primeros cuartos y llevaba un punto. Su actuación en los últimos diez minutos fue un ejemplo de entrega, de raza y de inteligencia. Metió manos por todas partes, se tiró a por cada balón como un kamikaze, robó dos balones de oro y consiguió que todo el mundo creyera que la remontada era posible. El capitán mandó morir en el campo de batalla y sus compañeros no dudaron ni un instante en seguirle.

La reacción comenzó con una salida fulgurante en el último cuarto, con un parcial de 12-0 fruto de cuatro triples, dos de Manu Rodríguez, uno de Víctor Pérez y otro de Miquel Salvó. El marcador estaba 67-69 cuando restaban 6.40 para el final del último cuarto. El público se frotaba los ojos y a la vez golpeaba el suelo con sus pies cada vez que atacaba Palencia. El fortín no estaba dispuesto a entregarse.

El Palencia es un equipo que entre sus muchas virtudes cuenta con la experiencia. Sergio García paró el partido para que sus jugadores se tomaran un respiro. Hasta ese momento habían realizado un partido fabuloso, con el base Dani Rodríguez dirigiendo de forma magistral (acabó con 23 de valoración). El tiempo funcionó y respondieron con un 0-6 que volvía a poner una amplia distancia en el marcador (67-75) cuando faltaban 5.19 para el final.

Pero ahí estaba Víctor para anotar una canasta al contraataque y mandar el mensaje de que iban a dejarse hasta la última gota de sudor. Le siguió Jesperson, que ayer fue el mejor con 28 puntos, y un Dos Anjos que es mucho más que su estatura (2.18), y entre todos llevaron el partido a la prórroga.

La igualdad se mantuvo en el tiempo añadido. Un genial Dani Rodríguez puso a Palencia por delante (85-87) a 38 segundos del final. Al tiempo muerto de Oviedo le siguió un triplazo imposible de Manu Rodríguez (88-87) cuando habían pasado sólo tres segundos. A continuación, Dani Rodríguez, que había estado impecable, se resbala y Löfberg dispone de dos tiros libres que llevan la ventaja a tres (90-87). Responde Palencia con dos tiros de Mamadou Samb cuando quedaban 14 segundos. La locura llegó con una falta antideportiva al Palencia que sentenció el choque.

Pumarín fue ayer una caldera empujando a un equipo que tiene corazón para hacer lo que se proponga. Y es que con Víctor Pérez nunca nadie se da por vencido.