No se recuerda un arranque de temporada peor que el de este año en los ríos salmoneros asturianos. Según los datos que figuran en esta página, correspondientes a la última década, los 60 ejemplares que se llevan capturados hasta ayer, 15 de mayo, sólo se aproximan a los 64 del año pasado y, por el contrario, significan el 15 por ciento de los que se habían echado a tierra en 2008, 399, o el 20 por ciento de 2014, 305.

Las cifras no se pueden estimar con exactitud, puesto que el inicio de las temporadas es variable. En los últimos años se fija en el tercer domingo de abril. La veda se restablece el 15 de julio, por cuanto que aproximadamente son tres meses los que se dedican a la pesca con muerte. Antes y después hay varias semanas que se permite la pesca sin muerte, que suele tener muy poco éxito entre los aficionados.

Por lo tanto ayer se cumplió un mes, el primer tercio de la temporada, y las cifras de capturas son alarmantes. Los motivos, según los expertos, se achacan, por un lado, a la falta de salmones, entran muchos menos en los ríos, entre otras causas, por los saqueos que se hacen en alta mar donde se capturan miles de salmónidos por los grandes pesqueros que utilizan artes de dudosa legalidad; y por otro lado el mal tiempo, las abundantes lluvias que, junto con los deshielos, acumularon excesivos caudales. Aunque los pronósticos no son buenos, en cualquier caso se espera una recuperación en los dos meses que faltan y que, habitualmente, son los mejores.

Como ejemplo de esta desastrosa situación, en la jornada de ayer solamente se echó a tierra un ejemplar. Lo sacó en el río Deva Dori Francisco Alvarez, leonesa residente Madrid, a cebo natural, en el coto de Jaces y dio un peso de 4,550 kilos.