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La pizarra de Hierro, oxidada

Los cambios, por obligación y casi de fogueo

El seleccionador se muestra bloqueado a la hora de dar un golpe de timón para mejorar el juego del equipo

Sí, después del esperpéntico episodio Florentino-Lopetegui-Rubiales que dejó a la Roja sin seleccionador a tres días de su estreno en el Mundial, era un auténtico marrón tomar las riendas de los destinos de España. Y Hierro, que no salió muy a gusto de su experiencia en los banquillos en Oviedo, aceptó tragarse el sapo. El primer día, ante Portugal, se vio la mejor versión de España en lo que va de torneo. Luego, cuesta abajo. Ayer, a Hierro le costó mover el banquillo cuando el juego del equipo lo pedía a gritos. Lo hizo en el minuto 73 con un doble cambio: Iago Aspas y Asensio, y luego Rodrigo. Balas que, salvo la gallega, resultaron ser de fogueo. Toca tomar decisiones.

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