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El Bisturí

La Roja del tiqui-taca deja paso a la España del bostezo

Los españoles se convierten en los reyes del pase inútil ante una Rusia que con nada se llevó el partido

No hubo revolución en el once. Lo esperado dado el talante del entrenador accidental de la Roja. Aunque Hierro sí que removió algo, recuperando a Koke y a Nacho y atreviéndose a sentar a Iniesta. Pero no valió para nada. Visto lo visto cada vez está claro que el problema de España ya no es de nombres y hombres, es de concepto. La Roja que ilusionó a todo el país y deslumbró a medio mundo se ha convertido en la España del bostezo. Isco, Silva, Asensio, Iniesta, Busquets... fueron ayer los reyes del pase inútil. Jugar andando es lo que tiene. Así no hay plan que funcione. Y encima se ha perdido, en ese fútbol de pase, pase y más pase, la precisión de tiralíneas. España es incapaz de hacer tres combinaciones seguidas. Pierde muchos balones y recupera los justos. Con estas premisas da igual jugar con uno, dos, tres, cuatro delanteros o falso nueve. A Diego Costa no le llega casi nada y lo de tirar desde fuera del área no va con la Roja, queda para otros equipos. Rusia, con nada, logró empatar y llegar sin un rasguño a los penaltis. Y la lotería le tocó a los anfitriones. España cumple con la tradición: perder siempre ante el organizador de los grandes torneos (Mundial y Europeo). Lo peor es que huele a final de ciclo y que tocará acostumbrarse durante una temporada -ya se verá de cuántos años, lustros, décadas o siglos estamos hablando- a la España de antes: la que barre en las fases de clasificación, en los amistosos, pero que cuando llega la hora de la verdad sufre para llegar a unos cuartos de final. El Mundial y las dos Eurocopas se verán en el tiempo como un feliz recuerdo, como aquel gol de Marcelino a Rusia que supuso la primera gran gesta.

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