La leyenda de Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza en el Descenso del Sella, con ocho victorias, no pudo agrandarse este año. Los piragüistas de Ribadesella y Pontevedra, que habían dominado con puño de hierro las últimas ediciones, decidieron no participar en la competición y ver el Descenso desde tierra. "Venimos con mucha tranquilidad. Este año es totalmente diferente para nosotros. Trataremos de disfrutar de la fiesta y de la competición".

Para Walter Bouzán, oriundo de la villa sellera, no competir suponía en parte retornar a la infancia. "Personalmente es especial vivirlo como cuando era niño. La fiesta no cambia para mí, esto lo conozco de toda la vida y representa mucho para nosotros", subraya.

De su lado no se separó su eterno compañero de triunfos, Álvaro Fernández Fiuza, que a pesar de no ser asturiano se ha empapado de cultura sellera en los últimos años. "Al juntarme con un ribereño (Bouzán) viví el otro Sella desde el principio. Aunque en los comienzos me atrajo la peculiaridad de esta competición, ya que no hay otra igual en el mundo, con el paso del tiempo comprendí que esto es una forma de vida que gira en torno al río", destaca Fiuza.

La pareja decidió a principios de año no participar en la presente edición, según cuentan "porque todo llega a su fin. Después de acabar cada Descenso nos planteábamos si retornar o no, hasta que tomamos la decisión", afirma Bouzán sin entrar en mayores explicaciones sobre los motivos de esta determinación.

Ambos pasearon por Arriondas, disfrutaron del desfile y a continuación se situaron en posición privilegiada para ver la salida, con una mirada de cierta nostalgia. Una vez arrancaron los piragüistas ambos se montaron en el coche y salieron disparados en dirección a Ribadesella, bajando al río en Triongo, El Barco, Llovi o y La Boticaria.

Tras la tranquilidad con la que inicialmente se planteaban la jornada, aparecieron los nervios por conocer la resolución de la competición. Finalmente los octacampeones llegaron a Ribadesellla, donde pudieron celebrar el triunfo de su amigo Milín Llamedo. "Al final hemos pasado muchísimos nervios, especialmente al transitar por la zona de 'La Boticaria' por ver quien decidía", comenta Bouzán al finalizar la carrera. "Estoy muy contento por Pedro (Vázquez) y Milín (Llamedo). Especialmente por Milín porque se lo merecía, he estado entrenando algo con él y se lo mal que lo ha pasado en las últimas semanas", añade.

A la conclusión del descenso, Bouzán confesó haberse sentido "raro" a ratos, por no estar en el agua del Sella batiéndose contra sus rivales habituales. Sin embargo, no se arrepiente y valora la experiencia como "un Sella diferente".