Desde que Cristiano Ronaldo aterrizó en el Santiago Bernabéu, en el verano de 2009, los clásicos Barça-Madrid siempre contaron al menos con uno de los jugadores que han acaparado el Balón de Oro en la última década. Messi estuvo en todos, aunque en uno de ellos -el 0-4 de la temporada 2015-16 sólo participó en los últimos minutos-, mientras que Ronaldo se perdió la final de Copa de 2014 por lesión y la vuelta de la Supercopa de España de 2017 por la expulsión en el de ida. Con el portugués en Italia y el argentino con el brazo en cabestrillo, el partido del Camp Nou empezará sin un puñado de goles: 32 en nueve años.

El Madrid siempre fue una de las víctimas preferidas de Messi. Antes de la llegada de Cristiano Ronaldo ya le había marcado seis goles en Liga, con el "hat-trick" al equipo de Fabio Capello el 11 de marzo de 2007, con 19 años, como carta de presentación. En las nueve temporadas que coincidió con Cristiano, el argentino marcó 17 goles en 30 partidos. Lo más curioso es que, al menos en LaLiga, el "10" del Barça ha marcado más goles en los clásicos del Bernabéu (9) que del Camp Nou (3).

Algo parecido le ocurrió a Cristiano Ronaldo, protagonista de victorias sonadas, que además valieron títulos, ante la afición azulgrana. Así ocurrió en el partido que rompió el dominio del Barça de Guardiola en la Liga, en la temporada 2011-12. A falta de tres jornadas, un gol del portugués supuso el 1-2 y el título para el Madrid. Los goles de Ronaldo, dos menos que Messi, con dos partidos menos que el argentino, también resultaron definitivos para el título de Copa del Rey de 2011 y para la Supercopa de 2017, cuando en la ida entró a la hora de partido, marcó el 1-2 y sufrió una expulsión que le impidió participar en la vuelta en el Bernabéu.