Que pase el siguiente. Adiós Julen, benvenuto Conte. La derrota de ayer del Real Madrid será la última de la era Lopetegui. Florentino Pérez, el presidente de la entidad merengue, ya trasladó tras el clásico a su círculo más cercano que hoy anunciará el despido de Lopetegui y la contratación de Antonio Conte, en paro tras su salida este verano del Chelsea. "Estoy triste, como lo está el vestuario, pero fuerzas tengo. El equipo tiene vida. Me siento triste, pero tengo fuerzas para poder seguir dirigiendo a este equipo", dijo Lopetegui tras el 5-1 ante el Barça.

Con fuerzas o sin ellas, Lopetegui ya es pasado en el Madrid y lo sabe. Tanto, que ayer se despidió de los jugadores en el vestuario del Camp Nou. Y el presente ya tiene nombre: Antonio Conte. El técnico italiano, que ya sonó durante el verano para el banquillo merengue, tiene en su currículo, entre otras cosas, tres Ligas con la Juventus y una con el Chelsea. También fue seleccionador de Italia. Conte (Lecce, Italia, 1969) es amante del 3-5-2, lo que seguramente obligará al Madrid a fichar un central en el mercado de invierno.

Pero sobre todo, y lo que ha hecho a Florentino Pérez decantarse por Conte, al que se le compara con Mourinho, es la fama que tiene de imponer mano dura en los vestuarios por los que pasa. Metódico rozando la obsesión, controla hasta el último detalle de sus jugadores: su estado físico, la alimentación, las horas de sueño, la disciplina por encima de todo... Látigo es algo que el presidente ha echado en falta en la etapa de Lopetegui y que en el complicado vestuario blanco, a tenor del mensaje lanzado ayer por Sergio Ramos -"¿Conte? El respeto se gana, no se impone"- no gusta un pelo. Además del deportivo, se abre un interesante horizonte en la casa blanca y habrá que ver de qué lado se coloca el presidente en caso de que se produzcan tensiones entre el entrenador y las vacas sagradas del vestuario. Puede que, ahora sí, el Real Madrid afronte la renovación de la plantilla que ha ido posponiendo tras los éxitos en Europa. Pero por lo pronto, en la casa blanca toca hacer sitio a Conte, operación que, como mínimo, le costará al Real Madrid diez millones de euros, los mismos que el italiano reclama al Chelsea por su despido y que están pendientes de un juicio en Londres.