Uno, Alejandro Rubiera, nació en Gijón, tiene 20 años y trata de consolidarse como una de las promesas del baloncesto asturiano en el Círculo Gijón, equipo que compite en la LEB Plata. El otro, Víctor Pérez, es de Sevilla, pero lleva en Oviedo desde 2012 y es el capitán y alma del equipo asturiano que compite en mayor categoría, el Liberbank Oviedo Baloncesto, de la LEB Oro.
Lo suyo es el baloncesto pero a los dos les va el fútbol y estarán mirando de reojo el derbi asturiano del sábado (20.45 horas). A Víctor le pillará en Barcelona, donde ese mismo día El Liberbank Oviedo se enfrentará al filial del Barça. Alejandro, por su parte, podrá seguirlo tranquilamente en casa ya que la LEB Plata adelanta la jornada a mañana, día en el que el Círculo recibirá al Rioja, equipo entrenado por el ovetense Jenaro Díaz.
Víctor Pérez hizo de local en el polideportivo de Pumarín, donde LA NUEVA ESPAÑA reunió a estos dos representantes de los dos principales equipos asturianos de baloncesto. El derbi no ha llegado, de momento, al deporte de la canasta, pero mientras lo hace ellos viven al máximo la rivalidad de un partido que paraliza a toda una región.
Rubiera, de hecho, llegó algo temeroso a Oviedo, sin tener del todo claro si era oportuno ponerse la elástica rojiblanca. Una vez que se dio cuenta de que podía hacerlo sin temor se soltó y explicó que para él el Sporting es una cosa de infancia y que el derbi es el momento álgido de esa pasión: "Iba mucho a El Molinón con mi padre a ver los partidos, siempre fui del Sporting, desde pequeño. Para la gente de Gijón el derbi es algo muy especial"
A Víctor este encuentro le motiva especialmente, acostumbrado a vivirlo en su ciudad animando al Betis frente al Sevilla reconoce que a él le gusta palpar el ambiente mezclado entre los aficionados: "El año pasado me hubiera gustado ir temprano al campo, estar con los aficionados, vivir el ambiente, pero el técnico (Carles Marco) nos puso un entrenamiento a esa misma hora. Este año tampoco puedo porque jugamos fuera", lamenta. Sí que vivió con intensidad el choque de El Molinón: "El de ida lo vi en Oviedo con una peña oviedista y lo disfrutamos mucho porque aunque fue un empate nos supo a victoria".
Tanto fue así que a Víctor Pérez el autor de ese gol, Toché, le ha dejado huella. Asegura que el marcador del sábado será 2-0 y que el autor de los dos tantos será el ariete murciano: "Yo voy a decir, como siempre, que será Toché el que marque. Para mí es uno de los puntales del Real Oviedo y espero que juegue, que tenga un buen partido y que se lleve el doblete".
Rubiera también tiene claras sus preferencias y, como Víctor, considera que su equipo ganara, en este caso por 0-2: "Será una victoria del Sporting por 0-2 y el autor de los goles será Pablo Pérez, que fue a mi colegio. Confío en que el guaje va a sacar un par de golitos y llevarse el derbi".
Saben uno y otro que las aguas andan algo revueltas en los dos lados y que tanto Anquela como Baraja llegan cuestionados al derbi. Una victoria será el mejor bálsamo para el que la consiga: "Será un punto de inflexión y cambiará la dinámica del que gane", coinciden.
Tampoco importante demasiado lo que haya pasado antes. Se trata de un derbi y eso lo cambia todo. "Todo se olvida en este tipo de partidos tan especiales. Lo que haya pasado hasta ahora no cuenta para nada", señala Rubiera. Víctor también lo tiene claro: "En los derbis da igual lo que hayas hecho antes. Un derbi siempre es especial, siempre motiva". El capitán del Oviedo manda un consejo a todos: "A la afición que anime como nunca porque estos partidos son especiales. A los jugadores que no se pongan más presión de la que pueden tener porque puede ser perjudicial. Será un partidazo, un momento histórico que nadie se quiere perder".
