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Los árbitros se suman a la fiesta del fútbol

Hinchas del River Plate, el sábado, en las gradas del estadio Monumental. AFP

Hasta hace unos meses, los árbitros / as de fútbol eran esos / as señores / as que venían a los campos a estropear la fiesta. Llegaban, pitaban y no se sabía más de ellos hasta la siguiente semana. Tenían prohibido hablar, explicarse, demostrar que son humanos. Afortunadamente, esta temporada han cambiado las cosas. Entre la ayuda del VAR, que demuestra que no se equivocaban tanto como parecía, y la exposición pública, la gente empieza a darse cuenta de que la liga española es una de las mejores también por ellos. Están bien preparados, en general son personas dialogantes y se explican con una lucidez no muy frecuente en el mundo del fútbol. Les vienen muy bien apariciones púbicas como la del miércoles, cuando cuatro de ellos ofrecieron una rueda de prensa junto al presidente del comité, Velasco Carballo, y el director del proyecto VAR, Clos Gómez. Allí, en la sede federativa, también se ofreció un ejemplo significativo del funcionamiento del videoarbitraje: las conversaciones entre Sánchez Martínez y Hernández Hernández que derivaron en el penalti de Varane a Luis Suárez en el último Barça-Madrid. Todos sabíamos que el Clásico iba a ser la prueba de fuego para la nueva tecnología y a la vista está que el resultado fue satisfactorio. Ahora, como advirtió el exárbitro Iturralde González, sólo falta la prueba definitiva de la transparencia y de los nuevos tiempos arbitrales: el análisis público de una jugada en la que el VAR, por acción o por omisión, no haga justicia.

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