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"Hoy uno dormirá en otra habitación"

Fernando (River Plate) y María Sol (Boca Juniors), matrimonio argentino residente en Gijón: "El pique nos durará 2 o 3 días"

"Hoy uno dormirá en otra habitación"Á. GONZÁLEZ

No cambian la pasión por su equipo por nada del mundo. Es innegociable. Ni siquiera a 10.000 kilómetros de su tierra. Pero su amor rompe las barreras que para muchos parece una quimera. "No deja de ser solo un juego", explica Fernando Neira. El bonaerense, apasionado de River Plate y que reside en Gijón desde hace 3 años junto a su pareja María Sol Thea, seguidora incondicional de Boca Juniors, espera ansioso el clásico sudamericano que paralizará hoy el mundo por unas horas. Eso sí, no escapan de su otro amor, el fútbol, y que les pondrá en fuera de juego durante algo más de los 90 minutos del encuentro en el Santiago Bernabeu. "El pique nos durará 2 ó 3 días y uno de los dos dormiremos en otra habitación", asegura Neira hasta que pase la resaca del vencedor de la Copa Libertadores.

En casa, manda el rojiblanco de River Plate ya que sus hijas, Constanza y Guadalupe, también son seguidoras de River. "Se bautizaron con la camiseta del equipo", comenta su madre, que intentó llevarles a la pasión por Boca Júniors, pero su intento se quedó en el camino, por lo que tiene que disfrutar de los éxitos o las derrotas de Boca en solitario, una circunstancia que "no se cambia por nada, aguanto el chaparrón, seguiré siendo siempre de mi equipo", indica María Sol Thea.

"Cuando nos conocimos el padre de Fernando le dijo: 'Si esta chica es de Boca, va a comer a la jaula de los pájaros'; es un nivel muy fanático", indica como una de las anécdotas del sentimiento y rivalidad entre los dos equipos argentinos. Por su parte, Neira considera que "se puede convivir con una pareja de Boca, esto no es una guerra", afirma.

Y es que las imágenes llegadas desde Argentina y que conllevaron a la suspensión del encuentro de vuelta en El Monumental no fueron del agrado de esta pareja argentina, que vivió con tristeza lo sucedido. "Pedimos que reine el buen ambiente porque se está exagerando. Para dos argentinos como nosotros, que vivimos desde lejos este partido y todo lo que le rodea a su alrededor, uno siente vergüenza", comenta Fernando Neira que, al igual que su mujer, han vivido en varias ocasiones en primera persona el clásico por excelencia sudamericano, tanto en La Bombonera como en El Monumental, donde María Sol admite que "tuve que ir de incógnito". Creen que todo lo ocurrido supone la viva imagen "de lo que pasa en el país, que no está en un buen momento y la gente lo carga en el fútbol, lo cual está mal".

A Japón, sí; a Madrid, no

Vivirán el partido de hoy desde Gijón, en un ambiente más familiar, defendiendo sus colores, con los que bromean: "Son los colores de Asturias (Boca Júniors) y de Gijón (River Plate)". A pesar de que les gustaría vivirlo en el Santiago Bernabéu, en primera persona, en esta ocasión las circunstancias no lo permiten. "Fui a ver el Mundial de Clubes a Japón en el 2015, recorrí miles de kilómetros y ahora, que lo tengo a unos 400 kilómetros, no voy a ir por tema laboral y todo de lo que ha pasado alrededor del partido", comenta un Fernando Neira, que evita así cualquier tipo de altercado.

Al padre de familia le pica el gusanillo a horas del encuentro, pero se quedará en Gijón, donde espera que "el lunes Pelayo tenga la camiseta de River puesta", bromea. El bonaerense apuesta por un 3-0 de su equipo que le otorgaría el título de campeón, mientras que María Sol cree que "Boca va a ganar 2-1, pero que todo sea en paz", desea. Ambos afirman que hoy no hablarán sobre el encuentro. "Un día antes del partido ya no solemos hablar porque nos picaríamos, cada uno por su lado y cuando acabe el partido, uno triste y el otro feliz", comenta Fernando Neira que, a su vez, añade que "dos días después nos daremos un beso y como si nada". El fútbol levanta pasiones, por su amor es aún más poderoso.

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