Un buen puñado de sal fue lo que arrojó ayer el Liberbank Oviedo en la herida abierta del Palencia, al que hundió en su sexta derrota consecutiva mientras exhibía todas las virtudes de un aspirante a la zona alta: recursos defensivos, buenas dosis de talento y capacidad para leer los partidos. El equipo dirigido por Javi Rodríguez se paseó en la cacha de su más íntimo enemigo de la categoría y corrigió la derrota que le infligieron los castellanos en la tercera jornada, levantando el average como lo había hecho una semana antes en Bilbao.

La superioridad de los asturianos comenzó a cimentarse ya en el primer cuarto. Tras unos minutos de igualdad, el Oviedo se vio con dos de los hombres de la escasa rotación interior con dos faltas, Jakstas y Van Zegeren. Javi Rodríguez dio entrada a Rosa de cuatro y ordenó defensa en zona. El movimiento, el primero que viene en el manual cuando un equipo quiere protegerse de las faltas de los interiores, resultó una carga de profundidad contra la nave palentina. Los jugadores locales, en una crisis de confianza galopante, fallaron tiro tras tiro mientras Ahonen, de francotirador, y Arteaga, de martillo pilón, abrían las primeras diferencias (13-23). Hubo tiempo para que Steven Spieth debutara y anotara sus primeros puntos con el OCB.

El equipo asturiano inició el segundo cuarto en modo rodillo. Arteaga, en un estado de forma increíble para alguien más cerca de los 40 años que de los 30, siguió masacrando a sus rivales, sumando lanzamientos abiertos a su portentoso juego de pies. Geks y Rosa aportaron fogonazos, y la diferencia era clara al descanso (25-40). El Palencia, entre tanto, una escopeta de feria.

El tercer cuarto deparó el único momento de tensión para los visitantes. Tras alcanzar la máxima diferencia hasta el momento (30-49, con nuevo triple de Ahonen), los castellanos enlazaron un parcial de 8-0 que azuzó al público y obligó a Javi Rodríguez a pedir tiempo muerto. El pivot canario, con un buen movimiento y un tiro a media distacia, y el finlandés de seda, con dos nuevas puñaladas de tres, pusieron las cosas en su sitio.

Ahí cesó la resistencia de los locales, ahogados por su falta de acierto y su barrera mental. Jakstas y Van Zegeren tomaron el relevo en los visitantes para dejar el choque sentenciado al final del tercer cuarto (48-67). El último cuarto, que suele provocar tantos chascos en la parroquia carbayona cuando enfrente está la camiseta morada, discurrió plácidamente. El margen llegó a ser de 22 puntos y finalmente se quedó en 18.

Con la moral por las nubes, el Oviedo ya espera a su nuevo rival, el Ourense, el sábado a las 18.30 en Pumarín. Tendrá una semana más para integrar en la rotación a Spieth, que ayer se estrenó con apenas dos entrenamientos.

Alegría del EBA

La jornada de ayer fue redonda para el Oviedo Baloncesto, porque al brillante triunfo del conjunto de LEB Oro se sumó la no menos meritoria victoria del equipo de Liga EBA en la cancha del segundo clasificado, el Iriego-Basket León, que aún no había caído en casa (63-64). Los asturianos remontaron siete puntos en menos de dos minutos y medio con dos triples de Antón Bouzán, dos tiros libres de Alonso Meana y una buena defensa final. Tras un comienzo de temporada muy complicado, el Liberbank ha abandonado los puestos de la cola y empieza a afianzarse en la zona media de la tabla.