Mantiene Mario Fernández Gorgojo, naviego de 40 años, que siempre ha sido un friolero, que en invierno le gusta ir bien abrigado y tener la casa caliente. Es difícil creerlo atendiendo a su afición: es unos de los pocos deportistas españoles en la modalidad de natación en aguas gélidas, competición en la que el año pasado fue subcampeón del mundo en 450 metros y tercero en 200 metros dentro de su grupo de edad. Este fin de semana participará en Bled (Eslovenia) en una prueba de la Copa del Mundo de un deporte que aspira a ser olímpico en los Juegos de Invierno de 2022.

La temperatura del agua oscila entre unas pruebas y otras, pero Mario ha llegado a nadar 400 metros a cero grados, algo para lo que reconoce "hay que extremar las medidas de seguridad". "No se sabe la temperatura a la que va a estar el agua este fin de semana, parece que el tiempo es malo y que estará bastante fría y no sé si permitirán la prueba de 1.000 metros", explica sobre una de las modalidades en las que pensaba participar. Y es que Gorgojo viene de las distancias largas, de hacer el Descenso del Navia desde que era crío y de haber competido en pruebas en aguas abiertas de hasta 30 kilómetros.

Fue ahí, nadando grandes distancias, cuando "por casualidad" unos amigos catalanes le invitaron a participar en una prueba que organizaban en Puigcerdá (Gerona), cerca de Andorra, y comenzó su idilio con estas competiciones en aguas gélidas, prácticamente heladas. "Hasta ocho grados no notas tanto la diferencia, a partir de ahí cada grado es un mundo. A cero grados no sientes nada, pierdes la sensibilidad del cuerpo", cuenta sobre una práctica en la que hay que cumplir unas normas para evitar disgustos: "No puedes tirarte al agua, hay que bajar por las escaleras, no se puede bucear, vas muy abrigado a la salida, cuando suena un pitido te quitas la ropa, otro pitido y bajas al agua". Una de las preguntas que surgen es cómo se entrena algo así y en aguas no tan frías: "Estamos mucho tiempo en agua fría, de entre 10 y 11 grados, y te tiras ahí 40 minutos". Luego, en la competición, es diferente porque nadas "en condiciones de hipotermia. Te bloqueas, pierdes la energía". Lo peor, cuenta Fernández Gorgojo, es curiosamente "salir del agua". ¿Y por qué nadar en esas condiciones? "Es un plus de adrenalina, estás eufórico y, además, están demostrados los beneficios que tiene para el cuerpo nadar en agua fría".