Un Avilés-Llanera esta temporada es sinónimo de tensión. Los dos equipos se han enfrentado dos veces este curso. Uno en pretemporada, un partido sin árbitro -se colgó el silbato el speaker del Avilés- y que terminó antes de tiempo por la escalada de golpes e insultos. Y otro en la ida, con victoria avilesina en el último minuto (2-3) y con tangana también en el túnel de vestuarios.

José Luis Rodríguez, el técnico del Llanera, le restaba importancia a este hecho. Como si fueran cosas del fútbol, el técnico, con mucho pasado en el Avilés, ya dijo a lo largo de la semana que tan amigos y que todo olvidad.

Razón no le falta, puesto que el Avilés y el Llanera de entonces poco tienen que ver con los que se enfrentaron en pretemporada y en la primera vuelta. Desde el partido en verano al de la primera vuelta, los de Castañón han renovado prácticamente toda la plantilla.

Y el Llanera, por entonces un buen equipo de Tercera, no aspiraba a luchar por la promoción de ascenso. Unos puestos de privilegio a los que podría encaramarse de ganar hoy y pinchar L'Entregu, ya que solo está a tres puntos de la zona de promoción de ascenso.

Mucha más urgencia tiene el Real Avilés. Los de Castañón no están teniendo suerte y llevan solo 2 puntos de los últimos 27 en juego. Una situación que los pone en el disparadero del descenso, una zona de la que solo les separa un punto, por lo que de perder hoy, bien podrían entrar.

En lo deportivo, el técnico se lleva a todos sus jugadores, incluido el portero Slavi con molestias y el recién llegado, el delantero Armando.