El Huniko Gijón Basket cumplió con sus deberes al superar al Porriño por 79-66 en un encuentro en el que la peor noticia fue la lesión de Malik Wineglass, que podría tener una importante lesión en su rodilla, apuntando los primeros indicios a un esguince de ligamentos que aún debe de confirmarse.

A pesar del grave traspié que sufría el equipo de Fran Sánchez, los gijoneses no se descentraron y no pasaron grandes dificultades salvo unos minutos de dudas en el segundo cuarto, por lo que el Porriño se acercó hasta los siete puntos. La reacción local, tras un tiempo muerto del técnico, fue instantánea. El resto del partido tuvo color rojiblanco, ya desde el inicio, con un primer cuarto que encarriló el duelo (30-16). A partir de ahí, el Huniko debía mantener su renta y tras el susto, al descanso, se mantenía una favorable renta con el buen hacer, una vez más, de los hermanos Kenny y Ryan Ejim, que sumaron 23 y 22 puntos, respectivamente.

En el tercer cuarto, fue descalificado por doble técnica Hatch tras un enganchón con un rival, pero no privó de una victoria que mantiene intactas las opciones de los gijoneses de optar a una de las dos plazas para disputar el play-off. Le restan cuatro finales.