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La Minicopa de balonmano como síntoma

Iker Casillas y Xavi Hernández, tras recoger el "Príncipe de Asturias" de los Deportes en 2012. ELOY ALONSO / REUTERS

El equipo senior del Liberbank Gijón no pudo revalidar el título de campeón de la Copa de la Reina de balonmano, pero el club volvió de Baracaldo con una noticia cargada de futuro. El equipo cadete se adjudicó la Minicopa al vencer al Málaga en la final con rotundidad (25-17) y, lo que es más importante, demostró contar con jugadoras que pueden dar el relevo pronto a sus mayores. Así lo cree también el entrenador del primer equipo, Diego Lafuente, que presume con conocimiento de causa del trabajo con la cantera. Algo que se puede extender a otros clubes asturianos, que sin excesivos recursos realizan una labor impagable. Últimamente se nota más en el apartado femenino, con un equipo en la máxima categoría y tres en la División de Honor Plata, pero de una base tan amplia y bien trabajada puede esperarse relevo para sagas como la de los Entrerríos.El enrevesado "caso Semenya"

Caster Semenya es una mujer, pero según la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) tiene unos niveles tan altos de testosterona que compite con ventaja, al menos en algunas pruebas. La atleta sudafricana lleva muchos años peleando con la IAAF por sus derechos, pero la pasada semana se encontró con un enemigo casi imbatible, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS). En la resolución hecha pública el pasado miércoles, el máximo órgano de la justicia deportiva dictaminó que Semenya tendrá que medicarse para reducir sus niveles de testosterona hasta un porcentaje aceptable para competir con mujeres en pruebas como los 400 y los 800 metros. En caso contrario tendrá que medirse con hombres. El fallo ha avivado el debate, incorporando al mismo argumentos científicos, pero también otros más opinables, como la posible discriminación a deportistas por su origen, en este caso africanos. Una de las reflexiones más interesantes la aportó José Luis Pérez Triviño, profesor universitario de Filosofía del Derecho, que habla en un artículo del "dopaje inverso", ya que la decisión del TAS obliga a Semenya a empeorar su rendimiento artificialmente. De momento, la sudafricana corrió y ganó el viernes su última carrera de 800 en su condición actual, ya que la IAAF ha fijado el 8 de mayo como límite para poner al día sus niveles de testosterona. "Qué demonios, no me medicaré", replicó Semenya, dispuesta a seguir dando la batalla jurídica hasta donde sea necesario.

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