El Langreo se llevó tres puntos de oro en su visita a Barreiro, logrando la primera victoria de la temporada y empatando a puntos con el equipo que actualmente ocupa el puesto de play-out de permanencia. Justo premio para los de Dani Mori, que llevan una línea ascendente. Tras perder los tres primeros partidos, han encadenado dos empates y ayer llegó la ansiada victoria. Huelga decir que el secreto está en la solidez defensiva. Mori ha logrado tejer un engranaje defensivo que está dando sus resultados: tres partidos seguidos sin recibir gol.

El partido no fue vistoso, pero sí efectivo para un cuadro asturiano que tenía claro su plan. La primera parte pasó sin pena ni gloria. El Celta B asumió el mando y tuvo la posesión, pero al llegar a la frontal del área se encontró con un equipo bien colocado, que no dejaba huecos por los que entrar. Además, los balones aéreos los controlaba la defensa a la perfección. El Langreo trató, por momentos, de salir de su área y poner en aprietos al conjunto vigués, pero la defensa céltica tampoco concedió alegrías a su rival. De hecho, en la primera parte sólo hubo dos ocasiones que se podría decir que fueron más o menos claras, una para cada equipo. La primera llegó a los seis minutos de juego, en una de las primeras aproximaciones del Langreo, con un disparo lejano de Álvaro que salió fuera. La segunda fue pasada la primera media hora de juego, cuando Yeboah intentó aprovecharse de una mala cesión sobre Dennis, pero golpeó el balón algo forzado y lo estrelló en el cuerpo del guardameta.

La segunda mitad tuvo dos partes muy diferentes. Hasta el minuto setenta, el guión del encuentro continuó como en la primera parte, con un Celta B dominador y un Langreo esperando para salir a la contra. Pero a medida que se acercaba el final, el partido ganó en emoción. El aviso de Apeh, a veinte minutos para el final, con una media vuelta que acabó en córner, despertó a los dos, aunque fue el filial céltico quien comenzó a tener más presencia en ataque.

Sin embargo, el Langreo se mantuvo fuerte en defensa, no recibió gol, tuvo su oportunidad y la aprovechó. Faltaban diez minutos para acabar y el balón en ataque era del Celta B. Jacobo intentó pasar el balón hacia atrás, pero en ese momento apareció Davo para hacerse con el esférico e iniciar una galopada desde su campo que acabó con un disparo cruzado que hizo inútil la estirada de Álvaro Fernández. El cuadro asturiano aguantó hasta el final mostrando la misma solvencia defensiva exhibida durante todo el partido. Tras el pitido final, los aficionados del Langreo que se desplazaron hasta Vigo celebraron la victoria.