Raúl Entrerríos (Gijón, 1981) afronta su último Europeo y lo hace, pese a su condición de leyenda del balonmano español, con la misma humildad y sentido colectivo que le han caracterizado siempre. Superada la primera fase con pleno de victorias, el asturiano afronta la parte decisiva con la misma mentalidad ganadora de siempre.

- Es su último Europeo. ¿Lo vive de una manera especial?

-No solamente este Europeo, sino cada competición y cada partido. Te pasan por la cabeza muchos sentimientos porque cada vez que acudes a jugar un partido, piensas que puede ser la última vez que los haces. Pero la mejor forma de disfrutarlo es hacer lo mismo que he hecho siempre: salir a intentar a ser el mejor jugador para el grupo.

- No pueden estar saliendo mejor las cosas.

-De eso se trataba, de sumar cada día y de afrontar cada partido como una final. Desde el primer día hemos salido con esa mentalidad. Además, ganar a Alemania ha sido clave, pero aún queda mucho camino.

- Y además dejando muy buenas sensaciones.

-Este año por el calendario hemos tenido menos tiempo de preparación, pero hemos ido de menos a más tanto en los amistosos y en el campeonato, y eso es importante.

- ¿Qué tiene España que le hace tan distinto al resto?

-El balonmano español es muy colectivo. Basa su juego en la aportación de todos. Todos tenemos un rol claro dentro del grupo, pero todos empujamos y tenemos claro cuál es el objetivo. Quizá otros equipos dependan más de individualidades, pero nuestro punto fuerte es el equipo y eso es lo que nos hace diferentes.

- En este balonmano donde el factor físico es cada vez más determinante. ¿Son los últimos románticos?

-Otros equipos son más potentes o tienen más lanzamiento exterior. Nosotros no disponemos de eso, pero tenemos un juego muy rico con el pivote, damos mucha continuidad al juego y tenemos una defensa que es muy difícil para los rivales.

- Hace unas semanas dejó entrever la posibilidad de continuar un año más. ¿Se plantea esa opción?

-No, no. Llevo años teniendo claro que la fecha de caducidad está ahí y tener la posibilidad de cerrar mi etapa deportiva en un club como el Barcelona te hace pensar que hasta el último momento estás rindiendo bien y eso es lo que quiero.

- Una carrera que se puede cerrar con los Juegos Olímpicos de Tokio. ¿Sigue esa espinita de quedarse fuera de Río 2016?

-Siempre va a estar ahí. Fue un momento duro, porque creo que nos habíamos ganado el derecho a estar en esos juegos por toda la trayectoria en el ciclo olímpico. Fue difícil de aceptar, pero eso nos ha hecho levantarnos de nuevo.

- Además de usted, otros jugadores pondrán fin a su carrera internacional tras Tokio. ¿Seguirá siendo España competitiva?

-Por supuesto. El balonmano español sigue dando jugadores. La filosofía de nuestro juego está muy inculcada en la base. Hay cantidad de jugadores que tarde o temprano van a entrar en el equipo absoluto y van a rendir a nivel. Está claro que será un cambio significativo, porque no serán los mismos jugadores, pero, sin duda, España seguirá teniendo un gran nivel.