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"El golpe fue tremendo", dicen los testigos de los accidentes del Regional

"Asusta ver a gente salir volando y con el casco roto; iba detrás, me bajé de la bici y fui a ayudar, la carrera daba igual", señala Ángel Fernández

Un momento de la prueba de duatlón del pasado domingo. SARA ARIAS

La accidentada prueba de Lugones del pasado fin de semana, en la que se disputaba el Campeonato de Asturias de Duatlón, dejó con el susto en el cuerpo durante un buen espacio de tiempo a muchos participantes. Hasta el punto de que la carrera pasó a ser secundaria, y que muchos de ellos dejaron de lado la pelea por ganar, o por estar entre los mejores clasificados. Los testigos de los accidentes que se produjeron en la prueba, en la que se buscaba el mejor especialista en duatlón de Asturias, no dudaron en echar el pie a tierra para ayudar. "Fue un golpe tremendo", explica Ángel Fernández, del equipo Vetusta Universidad Oviedo Triatlón, y que aspiraba a estar entre los diez primeros, su mejor marca en un duatlón.

"Se cayeron justo los que iban delante de mí, fue instintivo, giré la bici para no chocar con ellos, e inmediatamente fui a ayudarles, y a hacer señas a los que venían detrás para avisar", comenta este deportista ovetense.

Ese accidente fue uno de los dos que se produjeron en el instante final, cuando los participantes finalizaban su parte de bicicleta, para afrontar los últimos instantes de carrera. En la parte delantera, Miguel Ángel Areces iba líder de la prueba junto a otros cuatro deportistas. "No pensábamos que era para tanto", explica. Pero enseguida se encontraron con la realidad. "Seguimos corriendo y nos pararon. Fue cuando nos asustamos, y pensamos que había sido algo grave y gordo", destaca este deportista del Triatlón Santander, que se topó con el otro accidente con varios deportistas implicados.

"En ese momento te olvidas de la carrera. Da igual que te estés jugando la victoria. Nos pararon, pero sino hubiéramos salido igual a ayudar, no creo que nadie siguiese corriendo viendo algo grave a su lado aunque optase a ganar", explica Areces, que es enfermero, y por eso fue más decidido a echar un cable. "Cuando llegué solo quedaba un chico, que le dolía la cadera, al resto los habían llevado ya en ambulancia. Intenté tranquilizarle un poco hasta que le atendieron y le llevaron en la ambulancia. El mérito de verdad lo tienen todas esas personas que echaron una mano en una situación así nada más suceder, y muchos de ellos estaban como espectadores", añade.

Miguel Ángel Areces aspiraba a llevarse la victoria, algo que quedó en un segundo plano para él, como le había sucedido antes a Ángel Fernández. "Asusta ver gente salir volando y con el casco roto", cuenta. "Iba detrás, me bajé de la bici y fui ayudar, la carrera daba igual. Lo único que pensaba en ese momento era en apartarlos para que no chocasen con ellos", explica.

El día 29 de marzo, en Piedras Blancas, se retomará la prueba que se suspendió el pasado domingo. "Ahí tendremos todos los que paramos a ayudar y dejamos la carrera de lado una segunda oportunidad", cuenta Fernández. "Nunca me había tocado vivir una carrera tan caótica como esta", subraya antes de añadir que "no sucedió nada para lo que podría haber pasado, porque se van en velocidades que superan los 40 kilómetros por hora, y ver un casco roto impresiona, piensas en qué podría haber pasado si no lo hubiera llevado y te da mucho más respeto".

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