"El baño ha merecido la pena. No había muchas olas, pero solo mojarse y la sensación de volver a estar en el agua ya me vale para todo el día". La surfista Lucía Martiño irradiaba felicidad después del regreso al deporte al aire libre. A su rutina de entrenamientos, que tiene como escenario ineludible la playa. La gijonesa llegó a las 8 de la mañana a las aguas de la bahía de San Lorenzo para recuperar unas sensaciones casi olvidadas: no hacía surf desde el pasado 14 de marzo. Fue una manera de quitarse el mono, porque ni siquiera lo considera un entrenamiento.

Aunque Martiño ("Asturiana del mes" del pasado diciembre de LA NUEVA ESPAÑA) es profesional, de momento tiene las mismas restricciones que cualquier aficionado. Y Lucía quiere cumplir la normativa a rajatabla. "Solo se puede hacer deporte una vez al día y elegí el horario de 8 a 10 de la mañana, vamos a seguir siendo responsables", recita. Martiño fue una de las que ayer madrugó para volver a hacer deporte en la calle, en el día 1 de la desescalada que también deja espacio para los deportistas. Además de futbolistas Oviedo y Sporting, otros deportistas de la región optaron por sudar fuera de casa. Pero el caso de Lucía Martiño era especial: la playa significa todo en el surf.

La experiencia, en líneas generales, fue positiva. "Se veía mucha gente, tanto en el agua como por el paseo, pero todo el mundo estaba respetado las recomendaciones, mantenía la distancia, no iba en grupos y cuando se saludaban lo hacían separados. Era el primer día y era de suponer que la gente iba a salir, pero por lo que vi se comportó, podría haber sido mucho peor", explica la asturiana. "También había gente en el agua, pero todos respetábamos las distancias", añade.

Martiño sigue pendiente de que se aclare la normativa que afecta a los deportistas profesionales. "De momento sigo sin noticias", afirma: "no sé si nos van a dejar más movilidad o no". A la espera de esta normativa, Lucía se conforma "con poder volver todos los días a San Lorenzo". Para poder demostrar que es profesional del surf, debe recibir un documento que así lo acredite. "Dependerá de lo que se acuerde. Puede que solo sea necesaria la licencia federativa, pero si para poder viajar, por ejemplo, lo restringen a profesionales, o deportistas de alto nivel, como es mi caso, la Federación Española me tendrá que mandar un salvoconducto que así lo acredite", explica.

Martiño espera que "esta incertidumbre sea solo estos primeros días porque creo que a partir del día 11 se permitirán los desplazamientos para practicar deporte. Confío en que sea así y que a partir de ese día pueda coger el coche y moverme por las playas de Asturias. Si no hay olas en un sitio, poder ir a otro, porque en mi deporte dependo mucho de las condiciones de la naturaleza".

A la asturiana también le preocupa las condiciones en las que desarrollar sus entrenamientos. "Si finalmente se nos permite desplazarnos a los profesionales, pero tengo que hacerlo sola tampoco podré: me da miedo la posibilidad de que esté surfeando sin nadie más y me pueda pasar algo; basta que un día vayas a estar sola para que pase", razona. Por ese motivo, no sólo Lucía sino todos los surfistas están esperando que se desarrolle la normativa para saber bien a qué atenerse.

Meterse en el agua fue el primer paso para afrontar una temporada que la gijonesa ya sabe que será muy diferente a las anteriores. "Va a ser bastante difícil que el circuito internacional vuelva a la normalidad porque seguro que habrá restricciones para viajar a muchos países", dice. Por ese motivo, "se está hablando de hacer circuitos más regionales. Por un lado, Europa; por otro, África; y así todos. Y luego hacer un clasificatorio para algo más internacional. De esta manera será más fácil poder moverte". Martiño sí sabe al menor que la intención es que "a partir de septiembre se empiecen a disputar pruebas de la Liga Nacional que es en lo que más me voy a centrar este año".

La asturiana se impuso el pasado año en la Liga Iberdrola. "Este año sólo se pudo celebrar la primera prueba que fue en Canarias en la que acabé quinta, luego ya se aplazaron las siguientes, incluida la de Tapia de Casariego. De momento no se sabe si esas pruebas se disputarán en otras fechas o se cancelarán definitivamente. La reorganización de la liga va a depender de cuando podamos volver a competir", cuenta. La impresión que tiene Lucía es que "estos permisos que están dando sirven para la gente normal pero para los profesionales, de momento, poco ha cambiado la cosa.

Lo de ayer no fue ni mucho menos un entrenamiento de los habituales, pero por lo menos me ha servido para remar, estar en el agua y en contacto con la naturaleza, con eso ya me vale". Lucía Martiño considera que esta primera fase "tal vez lo noten más los atletas o los ciclistas pero yo, la verdad, es que no mucho". Al menos, le queda la sensación de haberse quitado el mono.