La primera jornada del XXVI Torneo de La Nueva España-Trofeo Liberbank se desarrolló con total normalidad hasta que a las 15.45 horas se tuvo que parar por la tormenta que cayó sobre el campo de La Llorea y que ponía en peligro a los jugadores.

El comité de competición tocó la sirena y, en un perfecto orden, los participantes dejaron marcadas sus bolas en el lugar en el que estaban y rápidamente se resguardaron en la casa-club. La suspensión se prolongó por espacio de dos horas y, cuando se reanudó el juego, muchos equipos ya habían abandonado La Llorea. Los que aguantaron el chaparrón volvieron a los lugares donde habían marcado sus bolas y continuaron el juego para intentar completar el recorrido. Cuando la falta de luz natural se hizo patente, el comité de competición suspendió el juego. Los equipos que no completaron los 18 hoyos deberán hacerlo hoy para poder procesar los resultados en su tarjeta.

Muchos jugadores se quejaron de la mala suerte, pues la llegada de la tormenta les había pillado en una buena racha de resultados y el parón les perjudicaba. Con la lluvia, el campo se vuelve pesado, la bola vuela menos y los "greenes" son mucho más lentos. Un inconveniente que la mayoría se tomó con buen humor, haciendo buena la frase de que "el golf es un deporte que incluso se juega con sol".

Pero no todo iban a ser pegas. Muchos destacaron el buen estado del campo, con unos "greenes" impecables, las calles perfectas y el "raf" muy discreto. "Todo un lujo", decían muchos jugadores, felicitando al equipo de mantenimiento.

Del primer partido de ayer, en el que estaba la pareja formada por José Luis Pérez Pérez y Juan José Fernández Martínez y la de José Miguel Martínez García y Ana Elvira Vigil Medina, se esperaba un resultado que se cumplió en parte, aunque no lo suficiente para estar en los puestos de honor al final del torneo. Otro de los equipos clásicos del torneo, el formado por Salvador García Cabrera y Roberto Riginelli, consiguió acabar con un notable alto.

Fieles al torneo son los integrantes del Grupo Golf Cajastur-Liberbank: Miguel Ángel Pintado, que repitió pareja del año pasado, con Eduardo Pérez Payo, y que terminaron con casi un sobresaliente en primera categoría. "Jugamos muy compenetrados, compensando los pocos fallos del compañero en todas las ocasiones", comentaba Pérez Payo, pesaroso porque el buen golpe que dio en el hoyo 8 se quedó a menos de un metro de haberse llevado el premio de una moto. Por su parte, Pintado, en el 16, pasó la bola cerca de la bandera y se fue unos tres metros. A pesar del disgusto de no llevarse el coche, consiguieron hacer "birdie" al embocar la bola su compañero Eduardo. Todos contentos.

Otra pareja del Grupo Cajastur -Liberbank, formada por José Luis Díaz Acebal y Antonio María Menéndez, marchaba bien en los primeros nueve hoyos; pero también el parón le afectó, quedando sin opciones.

Uno de los equipos más singulares de ayer lo formaban Yago Méndez Fernández, jugador alevín, de 11 años, de la Escuela de La Llorea, y su abuela María del Mar Suárez Caicoya. Terminaron su recorrido con más que matrícula de honor. Cuando repasaba sus resultados con los marcadores, Yago se mostraba serio, como si nada: "Salimos bien los dos, pero aproveché las salidas de mi abuela y con el segundo tiro estábamos en 'green' y pateamos muy bien. Me gustó mucho el 'putt' muy largo que metí en el hoyo 12 y también las salidas del 16 y del 17. Lo peor, un "putt" corto en el hoyo 5 que no sé cómo lo fallé". La suerte estuvo con ellos, que lograron terminar antes de que llegara la tormenta.

Cuando se paró el juego, había un equipo que tenía gran proyección: el formado por Gloria Giménez y María Cruz Tolosa, que al paso por el hoyo 10 y jugando en primera, iba cuatro golpes por debajo de su handicap. "Hicimos par en los hoyos 1, 5, 7, 8 y 9 y lo demás sin fallos. Estábamos jugando muy bien, pero no sabemos cómo será nuestro juego después del parón", explicaban Gloria y María Cruz. Al finalizar los 18 hoyo, obtuvieron un resultado sobresaliente que demuestra su buen juego.

Dos buenos jugadores del club Madera III, Marco Antonio Álvarez Lora e Ignacio Álvarez Perrón, no se vinieron abajo con la tormenta y consiguieron acabar el 18 con otra matrícula de honor. En cuanto a los premios especiales de los "hoyos en uno" de un coche Nissan Juke G 86 kw (117 CV) 6 M/T Acenta y una moto Kymco People S 125 cc, en los hoyos 16 y 8, respectivamente, nadie consiguió la ansiada hazaña en la primera jornada y, aunque muchos cercaron los dos hoyos, siempre les faltaron unos cuantos centímetros para conseguirlo.