James Rodríguez ya es oficialmente nuevo jugador del Everton, tras llegar a un acuerdo con el Real Madrid por unos 25 millones de euros. El colombiano se comprometió con el club inglés por dos temporadas con opción a una tercera y volverá a estar a las órdenes de Carlo Ancelotti, el técnico que le hizo brillar en el Madrid en la 2014-15 y que le llevó al Bayern.

Estaba más fuera que dentro, confesó Leo Messi a Ronald Koeman en su primer encuentro del 20 de agosto. Luego estuvo fuera en cuerpo y alma. Hasta el viernes. Pero ayer, finalmente, el capitán -tal vez no su espíritu, aún- cruzaba las puertas de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, en el primer día de su última temporada en el Barça. El principio del final.

Acudía Messi al entrenamiento como lleva haciendo 17 años. Pero nada era igual. Ni él. Entró en medio de un pasillo de cámaras tal que fuera el fichaje estrella de la temporada -lo es, teniendo en cuenta que se había ido del Barça-, aunque es el jugador más antiguo de todos. Aparecía otro Messi: fue el primero en llegar, hora y media antes del entrenamiento, y solo, cuando lo habitual era verle acompañado de Luis Suárez. Solo se entrenó también. El uruguayo llegó más tarde, escenificando la separación que se consumará en breve y que, aparentemente, fue la espoleta que activó la crisis. Estuvo Suárez y estaba Arturo Vidal, todavía, cuyas bajas simbolizarán el nuevo entorno en el que vivirá Leo. Sin ellos, aunque quedarán Piqué y Jordi Alba. Messi deberá recoser su relación afectiva con los demás compañeros, que ya no le mirarán igual sabiendo que su presencia tiene fecha de caducidad.