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Halterofilia

Alberto Fernández, el ovetense que va camino de convertirse en el mejor levantador de peso de la historia de Asturias

Alberto Fernández se impone en el Campeonato de España pese a llevar mes y medio entrenándose con limitaciones

Alberto Fernández, durante un intento en el Campeonato de Europa de 2018. | I. W. F.

Alberto Fernández cumplirá mañana 23 años apuntando claramente a convertirse en el mejor levantador de la historia de la halterofilia asturiana. Desde categoría benjamín ha estado siempre entre los más destacados de España y en 2018 dio el salto con un bronce en el Europeo. Desde entonces, las lesiones han frenado su progresión, pero el pasado fin de semana fue capaz de llevarse otro campeonato de España con una lesión en el hombro, clave para desarrollar su deporte. En su caso, la maña más la fuerza fue igual a oro. En vísperas del año olímpico, Alberto Fernández García (Oviedo, 20-11-1997) solo pide salud para aspirar a una plaza en Tokio-2021.

En La Coruña, Alberto Fernández levantó 300 kilos en el total olímpico (135 en arrancada y 165 en dos tiempos), lo que le permitió añadir tres medallas de oro a su amplia colección. Pero esta vez con un significado especial: “Llevo un mes y medio sin poder entrenar por la lesión que tengo en la escápula. Lo máximo que levanté en dos tiempos fue 120 y no sabía si podría llegar a 165, pero lo conseguí”.

Alberto Fernández reconoce que, como casi todo en estos tiempos, el campeonato se desarrolló en circunstancias especiales: “Faltaron bastantes levantadores, por lesión o precaución, que podrían haberme puesto las cosas difíciles”. Además, el ovetense decidió participar en la categoría de menos de 89 kilos de peso corporal, “donde hay menos rivalidad”, cuando habitualmente lo hace en la de 81.

Alberto Fernández

“Para el año que viene, de cara a los Juegos, volveré a competir en 81, pero no me merecía la pena sufrir con el peso en estos momentos”, recalca Fernández, decidido a seguir en la categoría olímpica: “Muchas veces compito pesando 82 kilos cuando podría subir hasta los 89. Llegado el momento no habrá problema para bajar de los 81. Bastará con ponerme durante dos meses en plan”.

Los 340 kilos que tiene Alberto Fernández como mejor marca personal le sitúan como un serio aspirante a las 14 plazas previstas para los Juegos Olímpicos de Tokio. El problema es que entre las lesiones y el confinamiento, el ovetense no sabe cuándo podrá volver a competir en condiciones: “Para la clasificación cuentan las competiciones internacionales de los dos años anteriores. Por eso, mi bronce del Europeo 2018, no cuenta”.

Fernández confía en recuperarse bien del hombro para intensificar el trabajo con su entrenador de siempre, Lodario Ramón, en el club San Mateo. El Campeonato de Europa, de donde saldrán los pasaportes para Tokio, están previstos para abril, aunque el levantador ovetense apunta que “nadie en estos momentos puede asegurar que el año que viene vayan a celebrarse los Juegos”.

A su incertidumbre deportiva, Alberto Fernández suma en los últimos meses la laboral. Hace un año abrió un gimnasio en Mieres, dedicado al entrenamiento funcional, que ha tenido cerrado prácticamente cuatro meses por la pandemia. “Los estudios hablan de que el riesgo de contagio en los gimnasios es del 0,28 por ciento. Es necesario que estén abiertos por la salud psicológica de la gente. La hora que pasan entrenándose es una forma de evadirse de todo lo que está pasando”.

Los deportistas de alto nivel, como él, sí se están preparando ahora con normalidad, pero Fernández asegura que les cuesta: “Estamos entrenando en el Palacio, como siempre, cumpliendo las medidas de precaución que nos piden. Pero no es lo mismo. Nos falta un poco de motivación porque lo peor es la incertidumbre sobre lo que vendrá”.

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