Hay momentos que cambian la vida de un atleta. A Belén Toimil le sucedió este jueves a eso de las siete y veinte de la tarde en Torun (Polonia). En el lanzamiento que suponía su estreno en un gran campeonato internacional la de Mugardos descubrió algo parecido a la perfección, a la ejecución soñada. La bola de cuatro kilos voló durante dos segundos y rebotó mucho más allá de la línea que marcaba los 18 metros. Los gestos de alegría mezclada con incredulidad de Toimil daban una idea de lo que acababa de suceder. La gallega, repescada hace unos días ya que no había sido capaz de lograr la mínima, llegaba a Torun con la esperanza de acabar con el récord de España que la asturiana Martina de la Puente tenía desde hace veinticinco años. A ocho centímetros se había quedado hace unas semanas, una de esas distancias que parecen ridículas a simple vista pero que en el atletismo suponen meses de trabajo.

Pero lo de este jueves fue entrar en una nueva dimensión, en el planeta de las mejores lanzadoras del continente porque con la asombrosa marca de 18,64 metros Belén Toimil le dio un bocado de setenta centímetros al récord español en pista cubierta y superó holgadamente el récord absoluto que tenía Ursula Ruiz al aire libre con 18,28 metros. La locura. De ahí sus gestos, su alegría incontenible, su perplejidad.

Un tiro impresionante que le sirvió para meterse en la final de esta tarde (arranca a las 19:00 horas) y de paso lograr la mínima para los Juegos Olímpicos de Tokio. Era otra de las ilusiones que tenía puestas en la temporada al aire libre de 2021. Pero todo ha llegado demasiado rápido. La recompensa al trabajo que ha hecho en León con Carlos Burón (el hombre que entrenó a una leyenda del peso nacional como Manolo Martínez) apartando el lanzamiento lineal para pasarse al rotatorio, que exige más coordinación, más fuerza, más trabajo. La misión les ha llevado algo menos de dos años. Ha supuesto mejorar la técnica, trabajar de otro modo la fuerza y cambiar una serie de hábitos para perder casi veinte kilos. Una transformación completa para la persona y para la atleta. Lanzadora y entrenador aceleraron los plazos con la idea de llegar a Tokio y se sentían cerca del objetivo, pero no imaginaban que tan cerca. Seguramente Burón era más consciente que Toimil. La de Mugardos ha comentado que en León estaba convencida de que en alguna ocasión había sido capaz de lanzar muy lejos, pero que allí no medían los tiros. Burón ve caer el peso y se hace una idea de la marca sin abusar de la información para su discípula. Ayer la medición resultó un acontecimiento para el deporte español.

Esta tarde Toimil estará en la final. En la calificación de ayer logró con ese único lanzamiento la tercera marca de las finalistas, solo por detrás de la alemana Christina Schwanitz, que hizo 18.86, y la bielorrusa Aliona Dubitskaya (18.74). La duda es si será capaz de repetir un lanzamiento semejante porque en ese caso estaríamos ante una opción más que seria de estar en el podio. Inimaginable todo.

Con su alegría habitual, Toimil explicó luego en la zona mixta que "estoy flipando, contenta porque sabía que podía hacer 18 metros. No quiero ponerme muy loca porque mañana es la final. Mínima olímpica, récord de España, estoy procesando todo lo que ha pasado... Es mi primer torneo internacional en tres años porque me rompí la rodilla, luego vino el COVID, ya estaba muy ilusionada solo de estar aquí", explicó. "Fui alegre y tranquila a lanzar. El trabajo da sus frutos, a ver si consigo estar en el mismo estado mental en la final y pegar un pepinazo. No sé qué ha pasado en el círculo. No estaba nerviosa, sino relajada y todo fue muy fácil. Por fin un buen resultado desde que empecé con la técnica giratoria, hace año y medio", añadió sin dejar de sonreír.

La céltica Finot, a la final de los 3.000 metros

El atletismo vigués tendrá una representante a la final de los 3.000 metros femeninos. La francesa Alice Finot, miembro del Celta de atletismo, se clasificó para la final de esta tarde (21:00 horas) después de clasificarse en las eliminatorias en el puesto. La francesa, habitual de Castrelos y de Balaídos donde entrena a las órdenes de Manuel Martínez Ageitos, fue sexta en la primera serie con un tiempo de 8:57.28, que suponía el décimo mejor tiempo de las doce clasificadas). Pero la descalificación de dos de las finalistas le hace incluso mejorar en esa relación.