Historia

La Marea Roja enciende una Enschede alicaída

La presencia de aficionados españoles anima un día duro para los neerlandeses por la derrota del conjunto de Koeman

Los aficionados españoles antes del España - Italia en Enschede

Los aficionados españoles antes del España - Italia en Enschede / Sport

Jordi Gil

Jordi Gil

Enschede se ha levantado este jueves con pocas ganas de fiesta. Aunque albergue la semifinal de la UEFA NAtions League entre España e Italia, la derrota de los Países Bajos ante Croacia fue un durgo golpe para el país.

Un lugar tan futbolero como los Países Bajos quería ver a su selección luchar por el título el domingo en Rotterdam. A los habitantes de Enschede no les importaba lo más mínimo quedarse sin ver a su equipo nacional ya que el tercer y cuarto puesto se juego en su localidad.

Del griterío a la tristeza

Ahora, en Enschede verán el domingo (15.00 h.) a los Países Bajos en el partido por el tercer y cuarto puesto. Una cita con sabor amargo. En las calles se notaba el pesimismo. La noche anterior, en los bares y restaurantes del centro, se vibró con la semifinal.

El gol del empate que llevó el partido a la prórrogona provocó un rugido espectacular. Ya no se escucharon más voces. Caían poco a poco los goles de Croacia y la afición se marchó a casa con la cabeza agachada.

Enschede ameneció triste por la derrota de los Países Bajos

Enschede ameneció triste por la derrota de los Países Bajos / Sport

En medio de este pesimimos, este jueves por la mañana han empezado a llegar seguidores españoles. La peña la 'Marea Roja' que sigue a la selección por todas partes se ha dejado notar con sus cánticos y colorido.

Toreros y calor

Los habituales 'toreros' han puesto la nota folclórica y Enschende ha recuperado un poco de luz en un día de intenso calor. Los españoles se encontroban como en casa a más de 30 grados pasendo por el coqueto centro de la localidad.

También se vieron algunos italianos, con las azzurras, pero mucho más discretos. España ganó la partida en las calles de Enschede. Sobre el terreno de juego ya se verá, pero ni unos ni otros quieren seguir en esta ciudad. No por no ser acogedora, sino porque será un placer recorrer los 200 kilómetros hasta Rotterdam para estar en la gran final del domingo en De Kuip.