TOTTENHAM-MANCHESTER CITY (0-2)

El City asalta el liderato de la Premier a falta de una jornada

Un doblete de Haaland en el partido permite a los celestes adelantar al Arsenal con dos puntos de ventaja

Pep Guardiola da instrucciones durante el Tottenham-Manchester City.

Pep Guardiola da instrucciones durante el Tottenham-Manchester City. / EFE

Joan Domènech

El Manchester City dio el vuelco a la Premier pintó de celeste el trofeo que es suyo. El partido aplazado que guardaba como as en la manga lo tiró sobre la mesa y le sirvió para ganar medio título. El triunfo en el campo del Tottenham le situó en cabeza, adelantando al Arsenal con dos puntos de ventaja a falta de la última jornada. Los dos aspirantes jugarán en su casa: el City recibe al West Ham y el Arsenal, al Everton.

Erling Haaland fue la zurda ejecutora del impagable triunfo del City, con un gol regalado por Kevin de Bruyne, sobre la línea, en una carrera ganada por Phil Foden y luego transformó el penalti en el minuto 90 que cometió Pedro Porro sobre Jérémy Doku, lanzado al espacio con una asistencia lejana de Foden ejercieron como interior derecho.

Negras rachas acaban

No había ganado nunca el City de Pep Guardiola en el feudo del Tottenham ni tampoco había marcado un gol en cuatro partidos ligueros y rompió sus negras rachas de golpe. El día más indicado. En el momento crucial. Como es propio de los campeones.

No salió a dejarse ganar el Tottenham como pedían algunos de sus aficionados más radicales para favorecer el título del Manchester City en detrimento del Arsenal, el gran rival del norte de Londres. Ni mucho menos. El equipo tenía algo por lo que pelear, como era el cuarto puesto para ir a la Champions, aunque lejano y a expensas del Aston Villa, y de escaso valor para los hinchas ingleses.

Del brío a la agresividad

El brío con el que jugaron los Spurs llegó al exceso de la agresividad, y lo atestiguaron De Bruyne y Ederson. El belga recibió un plantillazo en el talón de Aquiles de Sarr en plena carrera y el portero fue objeto de una entrada brutal de Romero en un centro pasado que le dejó conmocionado. Los dos se recuperaron tras una larga asistencia, y Guardiola les cambió a los dos, lo que les enfadó sobremanera.

El partido pivotó durante varias fases del primer tiempo en la porción de terreno que compartían el coreano Heung-min Son y Kyle Walker. Ataques y contraataques se sucedían por esa banda pero el peligro real nunca fue a mayores; fallaba el último pase, la buena decisión. Las acciones de fuego verdadero llegaron desde otros sectores y mediante otros actores: un remate de Betancur, desviado por Ederson, una volea de Foden que despejó el brazo de Vicario, un tiro de Bernardo Silva que casi arranca la salvadora cabeza de Dragusic, otro remate de De Bruyne que abortó Vicario…

Decisión justificada y mágica

La decisión de Guardiola estaba justificada por los duros leñazos rdcibidos por sus pupilos y se convirtió en mágica instantes después. El enorme Stefan Ortega, el mejor suplente de Europa, se agigantacó en dos salidas frente a Kulusevski y Son, éste en un mano a mano, que protegió el 0-1. Doku provocó el penalti que permitió a Haaland blindar el triunfo.