La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cuando nadar es vivir: así es por dentro el Campeonato de España de natación que se celebra en Oviedo

Los nadadores sonríen otra vez tras meses sin competir

el equipo masculino asturiano, ayer tras una de las pruebas. Sentados en primera fila, por la izquierda Sergio Méndez y Diego Suárez-Cartabio. En la segunda fila, por la izquierda, Marcos de la Puente, Sergio Moreno, Alejandro Mon, Miguel Pérez, Aitor Fernández, Álvaro Rouget y Santiago Barrios. En la tercera fila por la izquierda, Alejandro Álvarez, Lucas Fernández y Álvaro Zornoza. Detrás, por la izquierda, los entrenadores, Verónica Álvarez, Antonio Oliveira y Pablo Álvarez. | Irma Collín

Al menos durante unas horas, durante un fin de semana, el deporte pudo olvidar todo el dolor y las complicaciones del covid y volvió a vibrar. No lo hizo como en las grandes ocasiones, porque tras el virus ya nada es como antes, pero al menos sí pudo dar un grito de liberación entre brazadas y brazadas. Lo hizo en Oviedo, que este fin de semana se ha convertido en capital de la natación acogiendo un Campeonato de España que reunirá a 700 nadadores llegados de todo el país. Ayer se celebró la primera jornada de lo que supone la vuelta de una gran cita deportiva a la ciudad tras lo peor de la pandemia. Solo faltan tres regiones: Galicia, Canarias y Ceuta y Melilla.

“Esto es alegría. Una bocanada de aire fresco. Porque el deporte es como la sociedad: está triste. Por eso cada mínima oportunidad sirve para insuflar ánimos a los jóvenes. Organizar el campeonato ya supone un éxito rotundo. Lo normal sería ver la piscina llena y nadadores abrazándose, pero no puede ser”.

12

Las imágenes del campeonato de España Irma Collín

Lo decía ayer sentando tranquilamente en una de las gradas de la piscina del Parque del Oeste de Oviedo Pablo Álvarez, entrenador de Natación del Grupo Covadonga y colaborador de la selección asturiana. Y lo decía entre un calor achicharrante, gritos de ánimo (también de desesperación) vítores e incluso sonidos de zambomba de los propios jugadores animando a sus compañeros. Los andaluces eran los más marchosos.

Entre estrictos controles sanitarios –nadie puede acceder al recinto sin rellenar un parte médico ni tener la acreditación correspondiente– muchos jóvenes nadadores pudieron por fin tirarse a la piscina y competir tras meses y meses de sequía. No pudieron relacionarse con compañeros de otras comunidades, recluidos en grupos burbuja y bien separados por regiones en la piscina. Tampoco pudieron recibir el calor habitual de sus familiares, habitualmente fieles en la grada.

Tampoco ocupar todas las pistas: se debe dejar una de separación por la pandemia. Pero menos da una piedra. “Me vuelvo a sentir feliz y volver a competir es un subidón. Se hace raro después de tanto tiempo parado”, indicaba Sergio Moreno, que es avilesino, tiene 15 años y se entrena en Piedras Blancas. Con los cierres perimetrales lo tuvo complicado: no estaba autorizado a ir de Avilés a Piedras Blancas (Castrillón) al tratarse de diferentes concejos. Ahora, celebra, “nos dan un papel”. Para Moreno y para sus compañeros de selección “nadar es vivir. Llevo haciéndolo desde pequeño y el virus no me va a echar para atrás”, explica.

Ayer tuvieron lugar varias pruebas de relevo e individuales femeninos y masculinos. Las categorías que disputan el campeonato son infantil y junior. En categoría conjunta, de momento, Cataluña (341 puntos), Madrid (313) y Comunidad Valenciana (297) son las regiones mejores clasificadas. Los asturianos asumen la prueba con el objetivo de competir, volver a sonreír en el agua y volver a casa con buen sabor de boca. “Lo importante es volver a coger sensaciones y motivación para seguir”, explica Álvaro Zornoza, gijonés de 15 años que se entrena en el Centro de Tecnificación de Oviedo y nada desde los ocho años.

La cita se reanudará hoy y durante todo el día habrá competición. Mañana será el último día.

Compartir el artículo

stats