La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una historia de baloncesto asturiano: Carlota y Ceci, seleccionadas con pasión

Dos jugadoras del Ecole hallan en la Minicopa el premio a su amor por la canasta: “Fue lo más”

Carlota y Ceci, seleccionadas con pasión Mario Rodrigo

A la tercera fue la vencida, y Carlota García Azqueta y Cecilia Fanjul Franco, jugadoras ovetenses de baloncesto del Ecole, tuvieron por fin su experiencia fuera de Asturias. La pandemia les había impedido jugar con la selección asturiana el Campeonato de España alevín, primero, y la sexta ola les dejó en enero sin el infantil, pero disfrutaron a lo grande en la Minicopa Femenina, disputada en Valencia de forma paralela a la Copa de la Reina.

Carlota García Azqueta, una base-escolta de 13 años, y Cecilia Fanjul Franco, pivot que ya ha cumplido los 14, formaron parte del Bembibre en la capital valenciana. La competición está reservada a los equipos infantiles de la Liga Femenina Endesa, pero el equipo del Bierzo carece de cantera, por lo que formó una selección con jugadoras de la tierra y de provincias limítrofes, y seleccionó a las dos asturianas.

La ilusión de las jugadoras por participar en la Minicopa no ha salido gratis. Fueron convocadas a tres entrenamientos con el equipo, para los que se tuvieron que desplazar una vez a León y otras dos a Bembibre. Pero una vez en faena, en las impresionantes instalaciones de L´Alquería, todo salió rodado. Ambas fueron titulares de un equipo que quedó cuarto, después de derrotar al Avenida y de vender cara su piel en la semifinal y en el partido por el bronce.

“Carlota es pura pasión por el basket, y cosa que se le pone en la cabeza, va a por ella. Es alegre y extrovertida, buena estudiante, y da mucha alegría a la casa. Y es una guerrera, a veces me da miedo las caras que pone en la cancha”, dice Patricia Azqueta, la madre de Carlota, alumna de las Ursulinas que empezó con el baloncesto en el Centro Asturiano, jugando con chicos. Pese a ser tan joven, ya entrena a pequeños de 5 y 6 años en el Centro Asturiano, de manera altruista. “Cuanto más enchufada está con el basket más centrada está académicamente”, subraya su madre.

Cecilia, que ya ha cumplido los 14, mide 1,75 y es alumna del Auseva. El equipo del colegio se deshizo con la pandemia y ella quería seguir jugando, así que lo tuvo claro cuando surgió la oportunidad de ir al Ecole. “El baloncesto le gusta muchísimo y lo de Valencia para ella fue lo más, con aquellas instalaciones tan brutales y pudiendo ver algún partido de las mayores. La pena es que la final no la pudieron ver porque se tenían que volver”, apunta la madre, Guadalupe Franco. Cecilia no es la única jugadora de baloncesto en su casa: también juega su mellizo Juan, que acompañó a su hermana a la aventura valenciana.

Miguel González, coordinador de baloncesto del Ecole, un centro de gran tradición en este deporte, tampoco se perdió la cita: “Tenía ilusión por ver a las chicas en la Minicopa, y lo hicieron muy bien”. Ahora sí, en pocos días, les espera el Nacional infantil.

Compartir el artículo

stats